Alexander Eleazar: El mayor problema de la Tierra es el dinero

¿Puede un «Dios» encarnar en la materia? Vivir entre la humanidad, ¿y que no nos demos cuenta?

Algo de eso pasa cuando revisamos en los textos antiguos y en las más recientes interpretaciones que se han hecho de los registros en lengua cuneiforme (utilizada en Sumeria) y los jeroglíficos (usados en Egipto).

Alexander Eleazar es el autor que se encargó de traducir e interpretar gran cantidad de textos antiguos, además de utilizar su intución, la lengua Euskera de los vascos, y los destellos que le llegaron del propio Dios.  Nacido en el año 1920 en Damasco (Siria), murió en el año 2004 en España.

En vida señaló ser una reencarnación del «Zar de los Ele» (Eleazar); de Iezus (el primero de la raza blanca nacido en la Tierra) y de Alexander Magono (victorioso de la guerra de Troya).

De igual forma, dijo ser descendiente de la familia Romanov de Rusia, lo que le llevó a acceder a informaciones importantes que le permitieron traducir los códigos antiguos, así como a sus archivos astrales y memorias de vidas pasadas; con todo lo cual nos dejó tres libros básicos para entender su paso por la Tierra: Los Beres, Los Paios y la Bibele.

En una entrevista ofrecida en 1993 en Barcelona (publicada en el libro «Así habló Eleazar» de José Ginés Cillero) A.Eleazar constestó varias preguntas y temas, de los cuales podemos extraer muchos datos curiosos y que la propia Ciencia ni nos refiere.

 

Otros mundos habitados

Pregunta: ¿Y hay otros mundos por allí, que funcionen? ¿Que vivan bien y sean perfectos?

A.Eleazar contesta textualmente lo siguiente:

-En el Cielo… ¿La vida que se vive allí? Ya os lo diré rápidamente. En cinco
minutos. Sirviéndome de mi saber, de la lectura de textos y de lo que me figuro – o creo recordar – pues extrañamente tengo más presente lo antiguo que lo ocurrido la semana pasada…

-Hay una sola ciudad en cada uno de los Globos. El máximo de sus habitantes debe ser de quinientos mil. Nada más. Y sucede lo mismo en el Globo de los Paios. La capital, MANOA es una sola ciudad, el resto son Palacios diseminados y barracas de arcilla y barro.

-La naturaleza de los Globos habitados es parecida a la de aquí. Hay animales, peces, insectos y plantas. Eso sí: Mucha vegetación con árboles de dimensiones enormes.

-El humano puede recorrer cualquier tierra pues ningún animal ni ladrón lo atacará. No sirve de comida para los animales, ni nadie tiene intención de hacerle daño. Si se acuesta al borde de un río no corre peligro, si se adentra en un bosque, tampoco.

-Es parecido a esta Tierra en lo referente a los animales. Pero si aquí se encuentra a un humano en un lugar solitario, su vida puede correr un gran peligro, mientras que en las “Tierras del Cielo”, no. Este humano es un hermano, invitándole a comer si el otro ha pescado algunos peces.

-Dios ha quitado la facultad de gritar o de llorar a los animales, con el fin de que no imploren se les perdone la vida cuando los humanos y otros animales quieren matarlos para comérselos. Por tal razón tampoco hablan para impedirles razonar con sus verdugos y para que no creen una civilización que defienda sus intereses. Dios lo ha calculado todo muy bien.

 

¿Son mundos físicos como el de nosotros?

Pregunta: ¿Y son mundos físicos como la Tierra?

-Como la Tierra, sí. Pero tienen sus diferencias. Por ejemplo, ORION es un Globo inmenso. Muy grande, durando su día y su noche mucho tiempo.

-El caballo procede de un solo Globo, teniendo que andar siempre hacia el oriente. Así no conoce la noche. Por eso el caballo no se acuesta aquí o sea no se tumba en la tierra como otros animales. Permanece de pie día y noche. ¿No lo sabéis? Cuando se acuesta el caballo es para morir y soñar en esas antiquísimas tierras donde era el rey de la praderas.

Consultado sobre el papel de los Angeles, A.Eleazar responde lo siguiente:

-¡Los ángeles! ¡Y dale con los ángeles! Los ángeles tales como los pintan, no existen.

-Los únicos Ángeles fueron Iezus, Alexandre y Eleazar, sobre todo éste último, representados en los dibujos y esculturas de esta Tierra cuando aparecieron como BEBE, o sea “Pequeño Be”.

-Los demás niños pequeños y de “mama” no son “Bebe”. Y más aún, cuando se le llama a un animal recién nacido “bebe” es una blasfemia muy grande.

-Hubo tres Bebe en esta Tierra. Nada más que tres, y punto.

-Pero no hay nadie que actúa con maldad en ese Globo y en los otros nuestros. No hace falta esa justicia que dice. No hacen falta tribunales, ni policía, ni reglas de moralidad ni nada. El modo de vivir entre ellos prevalece.

-Ya saben que necesitan cuidar y vigilar a sus hijos pequeños, por si se hicieran daño en sus juegos o sus correrías por los campos. También no dejarlos abandonados como aquí hacen ciertas mujeres. Estas normas de conducta son completamente elementales y a nadie se le ocurriría comportarse mal.

-No hace falta escribir leyes ni reglas de comportamiento. Si alguien se hace daño, sus vecinos acuden para socorrerle. Si su casa arde en llamas, tendrá la ayuda inmediata de toda su familia y amigos.

-Allí es sencillo. Repito. No hacen falta tantas leyes ni tantas ordenanzas para sujetar las pasiones, los vicios y la maldad.

 

El dinero: el gran problema

-El dinero aquí (La Tierra) es el mayor problema. Hace tiempo se lo expliqué a varias personas. El dinero allí (Globos Beres) es una especie de tarjeta magnética como las de ahora.

 

¿Cómo se crea la Materia?

Sobre cómo los espíritus pudieron crear la materia y las células en nuestro mundo, A. Eleazar dijo lo siguiente:

-Como se lo he dicho ya, parece que es difícil la explicación, pero repetiré lo expuesto anteriormente:

-Supongamos unos niños situados en un Globo del Cielo. Uno coge un “papel” y un “bolígrafo” o “pincel” y dibuja un animal con patas, cabeza y cola. A un tigre le pinta rayas de la manera que le gusta más. A un pájaro le pone un pico negro, unas patas con largas uñas y anchas alas, con plumas multicolores.

Y es que pueden inventarse cualquier ser animado como también cualquier planta. Pero… y aquí esta lo más misterioso, le coloca a cada uno una programación que contiene la especie, el desarrollo vital y la memoria. No sé bien como explicarlo mejor sin decir las palabras adecuadas. Así que dejémoslo así, como un cuento para niños…

-No sea que ahora un montón de locos se pongan a fabricar zombis.

-Solo añadiré que esos dibujos y programaciones se introducen en una máquina para lograr negativos que en su día se enviaron por el espacio.

-Y tal como la máquina los había proyectado pudieron aparecer positivados, bien o no tan bien o de ninguna forma, en un Globo adecuado o no, gracias a la luminosidad de los rayos solares.

 

Un sol lleno de azúcar

-¡Ah! ¿y sabéis que material recubre el sol, donde no hay montañas sino materia toda incandescente, como una bola de fuego?. (Le indica A. Eleazar a quienes le entrevistan)

El entrevistador contesta si es Helio o Nitrógeno la composición del Sol, a lo que A.Eleazar le reponde lo siguiente:

¡Azúcar! ¡Todo azúcar! Totalmente. La corteza del sol es de azúcar.

-El azúcar de los frutos de las plantas de la Tierra procede del Cielo. Viajó con los rayos solares y se introdujo en el pistilo de las flores.

¿Por qué una planta da frutos más dulces que otra, o al contrario, no tiene nada de dulzor y es agria? Nadie se lo ha preguntado.

-Las hojas y flores de cada planta tienen una composición química que al contacto con el azúcar solar lo acepta o lo rechaza, en éste último caso la fruta aparece más o menos agria.

-Es el caso del ajo. Al no poder recibir su fruta, los rayos del sol parecen rebelarse y se vuelve picante.

-De todos los modos hay plantas que desarrollan una radiación invertida frente a los rayos del sol. Las serpientes deben su veneno a la misma razón.

-El caso es que todo está calculado desde el Cielo.

 

La sangre: células viajeras

-También por los rayos solares circula la sangre en forma de células viajeras infinitamente pequeñas que al llegar en contacto con la materia orgánica adquieren el color rojo.

Así nuestra sangre procede del Sol, por eso los Paios lo adoraban. Y por tal razón el humano Bere, el Paio y el negro, tienen igualmente la sangre roja, que no emana de sus razas, sino directamente del sol.

-Las plantas, que son muy receptivas a los rayos solares suelen tener sus flores coloreadas o muy rojas.

-La sangre del hombre la podemos llamar “El fluido del sol”. Así la denominaban los Paios en sus textos.

 

 

Fuente: Tomado del Libro «Así habló Eleazar» de José Ginés Cillero

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