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Todos los días vivimos experiencias agradables como no tanto, pero dejamos pasar muchos momentos en donde aunque sean aparentemente insignificantes podemos entrar en armonía con la gratitud. “Sentir gratitud y no expresarla, es como empacar un regalo y no darlo.” Somos seres conscientes y capaces de disfrutar rápidamente, pero nuestra mente está acostumbrada a enfocarse en lo negativo apartando lo positivo.
De esta manera, forjemos entonces el esfuerzo de examinar la fortuna que nos sonríe. Gracias por poseer comida sobre la mesa, gracias por colaborar con nuestros seres amados, gracias por tener el tiempo de reunirnos, gracias por ser libres y estar a salvo, gracias por tener amigos y familia que nos apoyan y acompañan, gracias por nuestras mascotas que nos quitan sonrisas… gracias, gracias, gracias.
Para practicar la gratitud
Para practicar esto es recomendable pensar en algo positivo tras haber vivido algo negativo o desagradable para ti. Así generas un cambio de perspectiva y calmar los niveles de ansiedad, enfocarse en lo que se tiene y todo lo bueno que hay en ella.
Asimismo, efectuar una inspección de todo lo que vivió en el día y agradeciendo lo bueno y agradable, incluso cosas que damos por sentadas como comer, respirar, poder ver y caminar y reír, además nos da nuevas perspectivas. Si mantenemos esta actitud siempre vas a emancipar todas las cosas que tienes en tu vida, así como también vas a apreciar más.
Entrenamiento de gratitud
- El inicio:Durante los cinco primeros minutos de mi día, sólo poseeré pensamientos positivos empezando con reconocimiento por un día más lleno de posibilidades.
- Gracias contiguas:Por cada cosa poco encantador que me pase hoy, pensaré en dos cosas de las cuales me concibo agradecido.
- Fortificando relaciones:Proporcionaré las gracias a todos aquellos que se atraviesen mi camino, por lo positivo y no tan positivo que me brindan porque de todo puedo aprender.
- Sinopsis del día:Forjaré una lista mental al final del día de todo aquello positivo en mi vida, emprendiendo con lo general (estoy vivo, estoy sano, puedo respirar, puedo caminar, puedo ver) y finalizando con lo determinado (tuve un almuerzo delicioso, el atardecer estuvo hermoso, me llegó un bono, me dieron buenas noticias, alguien me ayudó a cambiar una llanta).
- Autoexamen:Cuando mi sentido de agradecimiento esté frágil o se ponga al reto, refutaré estas dos preguntas: ¿Qué aspecto positivo puedo notar a esta situación? Y, ¿qué aprendo de esta situación?
Fuente Reinaldo Dos Santos
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