Arcángel Miguel: ¿Quién como Dios?

Arcángel Miguel, Quién, Dios, Eduardo Luz

Nombre Original: Mikei’el

Día en su Honor: Domingo. Sobre todo los primeros domingos de cada mes a las 10:00 de la mañana, ya que es allí cuando su energía está más cercana a la Humanidad.

Día de su Celebración: 29 de Septiembre.

Colores: Rojo y Azul.

Rayo: Azul.

Propicia: Valor ante la adversidad y protección. Lucha contra las injusticias y la soberbia. Su lugar está al lado de los más humildes, de los niños y los desamparados. De inteligencia supranormal.

Velas: Azul para la justicia y Rojo para la fortaleza.

Chakra: Quinto, Vissudha Chakra o chakra de la garganta.

El Arcángel Miguel incansable luchador contra el mal. Comanda huestes de Ángeles celestiales para restablecer la paz y desterrar la maldad sobre la tierra. En su lucha contra Satanás, éste haciendo alarde de su poder enfrentó a San Miguel gritando «¿Quién como yo? » a lo que el Arcángel de la luz le respondió «¿Quién como Dios?» por eso su nombre: Miguel. El arcángel Miguel (en hebreo, מיכאל‎ (Mija-El, Mikaiyáh o Mijaiá), ‘¿Quién como Dios?’; en árabe: ميخائيل (Mījā’īl); en griego: Μιχαήλ Mijaíl; en latín,Michael o Michahel) es el Jefe de los Ejércitos de Dios en las religiones judía, islámica y cristiana

A San Miguel lo nombre tres veces la Santa Biblia. Primero en el capítulo 12 del libro de Daniel a donde se dice: «Al final de los tiempos aparecerá Miguel, al gran Príncipe que defiende a los hijos del pueblo de Dios. Y entonces los muertos resucitarán. Los que hicieron el bien, para la Vida Eterna, y los que hicieron el mal, para el horror eterno». En el capítulo 12 del Libro del Apocalipsis se cuenta lo siguiente: «Hubo una gran batalla en el cielo. Miguel y sus ángeles combatieron contra Satanás y los suyos, que fueron derrotados, y no hubo lugar para ellos en el cielo, y fue arrojada la Serpiente antigua, el diablo, el seductor del mundo. Ay de la tierra y del mar, porque el diablo ha bajado a vosotros con gran furor, sabiendo que le queda poco tiempo».

En la Carta de San Judas Tadeo se dice: «El Arcángel San Miguel cuando se le enfrentó al diablo le dijo: ‘Que te castigue el Señor’». Por eso a San Miguel lo pintan atacando a la serpiente infernal. La Iglesia Católica ha tenido siempre una gran devoción al Arcángel San Miguel, especialmente para pedirle que nos libre de los ataques del demonio y de los espíritus infernales. Y él cuando lo invocamos llega a defendernos, con el gran poder que Dios le ha concedido. Muchos creen que él sea el jefe de los ejércitos celestiales.

Miguel en el Cristianismo:

La veneración del arcángel Miguel en el cristianismo se basa en su mayor parte en lecturas del Nuevo Testamento y adoptando las que se refieren a él en el Antiguo. Precisamente en el Apocalipsis se lee:

«Hubo un gran combate en los cielos. Miguel y sus ángeles lucharon contra el Dragón. También el Dragón y sus ángeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya lugar en el Cielo para ellos. Y fue arrojado el Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles con él.» (Apocalipsis 12, 7-9)

Y en la Epístola de San Judas, se vincula del culto a Miguel con las tradiciones judías:

«Cuando el arcángel Miguel disputaba con el diablo, la posesión del cuerpo de Moisés, no se atrevió a decir maldición sino que dijo: «El Señor te reprenda.».

Tal vez citando al escrito apócrifo conocido como la Asunción de Moisés, en él se menciona que Satán reclamó el cuerpo para sí, argumentando que Moisés provocó la muerte de muchos egipcios. Razón por la cual el arcángel se enfureció y luchó contra él, venciéndolo. Antiguas autoridades gubernamentales y eclesiásticas reconocieron temprano las virtudes de esta criatura alada. Por ejemplo, el emperador Constantino atribuía a Miguel la derrota de sus adversarios. Por ese motivo mandó edificar cerca de Constantinopla una espléndida iglesia en su homenaje (Michaelion, en Sosthenion). Cabe señalar también que diferentes visiones de la Virgen María incluyen alguna manifestación de la presencia del arcángel. Algunas de las apariciones atestiguadas son: la de Fátima, en el año 1916, que atestiguó haber visto al ángel arrodillarse lamentando el escepticismo de los incrédulos y rogar oración por él y por el Señor. En una posterior aparición volvió a pedir la práctica del rezo, los sacrificios y las oraciones.

Miguel en la Iglesia Católica:

Aunque hubiera sido natural para Miguel, defensor del pueblo judío, ser también el defensor de la Iglesia cristiana, dándole la victoria en contra de sus enemigos, los primeros cristianos reconocieron a algunos mártires como sus protectores militares: san Jorge, san Teodoro, san Demetrio, los santos Sergio y Baco, san Artemio y otros santos, asignándole en cambio a Miguel el cuidado de los enfermos. En Frigia, donde fue venerado por primera vez, su prestigio como sanador angelical oscureció su interposición en asuntos militares. Fue desde los primeros tiempos el centro del verdadero culto de los santos ángeles. (Ver el milagro de Frigia en el apartado de la Iglesia ortodoxa). En el catolicismo se cree que se ha manifestado en varias ocasiones. Su aparición más documentada e influyente durante la Edad Media (y, de hecho, el germen del culto micaelino en la Iglesia de Occidente) fue la del monte Gargano (celebrada el 8 de mayo). En Roma hay una estatua de bronce que lo representa en lo alto del Castel Sant’Angelo, recordando cuando se apareció allí al papa Gregorio Magno (hecho celebrado el 25 de abril). Se apareció a santa Juana de Arco (en su calidad de guerrera) y a santa Margarita (en su calidad de domadora de dragones), así como en Francia, donde en la Edad Media se le dedicó el Mont Saint-Michel, y en el siglo XVII en San Miguel del Milagro, Tlaxcala, México, aparición que reproduce los elementos principales (brote de agua) de aquellas que se dieron en Gargano y en Chonæ. Se cree que se apareció en Fátima (Portugal) en 1916, antes de las apariciones de la Virgen María, donde, postrándose, llevó el mensaje de orar a tres niños pastores (Lucía, Jacinta y Francisco) invitando a orar de la siguiente manera: «Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no Te aman.» Su fiesta es el 29 de septiembre, y desde 1970 se le celebra junto con San Gabriel y San Rafael. Se cuenta que el 13 de octubre de 1884 el papa León XIII experimentó, durante la celebración de la misa, una visión en la cual vio a Satanás y a sus demonios desafiando a Dios, diciendo que podía destruir su Iglesia si quería. Sin embargo, el pontífice pensó que si el demonio no lograba su cometido, sufriría una derrota humillante. Vio entonces aparecer a Miguel y lanzar a Satanás y sus legiones en el abismo del Infierno. Después llamó a su Secretario para la Congregación de Ritos. Le entregó una hoja de papel y mandó que se enviara a todos los obispos del mundo, indicando que la oración que había escrito tenía que ser recitada después de cada misa (y así se hizo, hasta el Concilio Vaticano II, cuando fue suprimida). Después del Concilio Vaticano II, el mandato de recitar esta oración al finalizar la misa fue revocado pero se puede continuar con esta práctica a manera de devoción. De acuerdo a la tradición católica, laCoronilla a San Miguel Arcángel ofrece grandes bendiciones a quien la rece, incluyendo la liberación del purgatorio de la persona que reza, de sus familiares y seres queridos.

Miguel en la Iglesia Ortodoxa:


El papel de Miguel en las Iglesias Orientales es básicamente el mismo que en la Iglesia católica. Se le representa vestido con túnica, como cualquier otro ángel, pero con una espada o una lanza en una mano y en la otra un globo coronado por una cruz, que representa el universo sobre el que Miguel tiene poder en nombre de Cristo. Es defensor de la pureza y santidad de Dios, frente a las potencias falsamente luminosas. Es el ángel de la noche mística, «allí donde Dios despliega la luz verdadera». La tradición relata que en los primeros tiempos, Miguel hizo una aparición medicinal en el santuario de Chairotopa o Cherotipa, en Chonæ (fortaleza cercana a Colosas), en Frigia (hoy Turquía), donde fueron curados todos los enfermos que se bañaron allí invocando a la Santísima Trinidad y a Miguel. Esta aparición de Miguel es ampliamente recordada por la Iglesia de Oriente, que la conmemora el 6 de septiembre (de hecho, los zares eran bautizados en el hoy desaparecido «Monasterio del Chudoff», es decir del Milagro, en el Kremlin de Moscú). En Constantinopla, Miguel era considerado el gran médico celestial. Su santuario principal, el Michaelion, estaba en Sosthenion, casi a 80 km al sur de Constantinopla; ahí se dice que el arcángel se le apareció al emperador Constantino. Los enfermos dormían en la noche en esta iglesia, esperando una manifestación del santo; su festividad se mantenía ahí el 9 de junio. Otra famosa iglesia bizantina estaba entre los muros de la ciudad, en los baños termales del emperador Arcadio; ahí la festividad del arcángel se celebraba el 8 de noviembre. Esta fiesta se propagó por toda la Iglesia griega, y las Iglesias siria, armenia y copta también la adoptaron; ahora es la principal fiesta de San Miguel en el Oriente. El culto micaelino se puede haber originado en Frigia (ver apartado anterior), pero su punto de marca en Constantinopla fueron las Thermæ Arcadii (“Termas de Arcadio”). Otras fiestas micaelinas en Constantinopla eran: el 27 de octubre, en la iglesia Promotu; el 18 de junio, en la iglesia de San Julián, en el Foro y el 10 de diciembre en Athæ. El culto a Miguel arcángel llegó a Rusia a través de la predicación cristiana. Le está dedicada una de las iglesias de la Plaza de las Catedrales en el Kremlin de Moscú, así como el Monasterio de San Miguel de las Cúpulas Doradas en Kiev, Ucrania. El arcángel Miguel es uno de los santos más venerados en la Iglesia ortodoxa, lo cual explica la popularidad de su nombre en personas y lugares.

Miguel en la Iglesia Copta:

La Iglesia copta ha mantenido íntegramente la Septuaginta como su Antiguo Testamento, sin quitar ningún libro, por eso la Biblia copta posee más libros que las biblias de los demás cristianos. En estos libros que permanecieron solo en la Biblia Copta San Miguel ocupa una buena parte. Por ejemplo en el Libro de Enoc se le menciona varias veces como «Gran Capitán», el misericordioso y muy paciente, y el ángel encargado de la mejor parte de la humanidad y del pueblo. Los coptos de Egipto pusieron al río que les daba la vida, el Nilo, bajo la protección de San Miguel; adoptaron la fiesta griega y la fijaron el 12 de noviembre; el día 12 de cada mes celebraban una conmemoración especial del arcángel, pero el 12 de junio, cuando el río comenzaba a crecer, lo guardaban como feriado de obligación de la fiesta de Miguel “por la crecida del Nilo”: Euche eis ten symmetron anabasin ton potamion hydaton.

Miguel en el Protestantismo:

Algunas Iglesias, surgidas directamente en tiempos de la reforma protestante, como la anglicana o la luterana, comparten la mayoría de las ideas sobre el arcángel Miguel con las Iglesias católica, copta y ortodoxa. Pero no es así con las denominaciones restauracionistas (como los Santos de los Últimos Días o mormones, adventistas y los Testigos de Jehová), cuya teología respecto a este arcángel difiere de la teología del cristianismo tradicional.

Miguel en el Judaísmo:

Considerando que el Arcángel Miguel fue uno de los tres ángeles que anunciaron el nacimiento de Isaac (junto con los arcángeles Gabriel y Rafael) y protegió al pueblo de Israel durante su marcha por el desierto, actualmente el judaísmo invoca a Miguel como amparador de sus sinagogas. En la liturgia del Yom Kipur el sermón concluye con las palabras: “Miguel, príncipe de misericordia, orad por Israel”. En el Talmud, su relación con los otros ángeles se compara a la del Sumo Sacerdote, con el pueblo de Israel; de la misma forma que el arcángel Miguel habría sido el interlocutor inmediato de Moisés en el monte Sinaí.

Miguel en el Libro del Profeta Daniel:

Sucedió que estando Josué cerca de Jericó, levantó los ojos y vio a un hombre plantado frente a él con una espada desnuda en la mano. Josué se adelantó hacia él y le dijo: «¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos?» Respondió: «No, sino que soy el jefe del ejército de Yahveh. He venido ahora.» Cayó Josué rostro en tierra, le adoró y dijo: «¿Qué dice mi Señor a su siervo?» El jefe del ejército de Yahveh respondió a Josué: «Quítate las sandalias de tus pies, porque el lugar en que estás es sagrado.» Así lo hizo Josué. Josué 5:13-15

Por otro lado, el libro de Daniel solo señala que Miguel es quien defendería al pueblo de Israel durante las tribulaciones:

Él me dijo: «No temas, Daniel, porque desde el primer día en que te empeñaste en comprender y en humillarte delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras, y yo he venido a causa de ellas. El Príncipe del reino de Persia me opuso resistencia durante veintiún días, pero Miguel, uno de los primeros Príncipes, ha venido en mi ayuda. Yo lo dejé allí, junto al Príncipe de los reyes de Persia, y vine para hacerte comprender lo que sucederá a tu pueblo en los días venideros, porque también esta es una visión para aquellos días». Daniel 10:13-14

Pero yo te voy a indicar lo que está consignado en el Libro de la Verdad. No hay nadie para fortalecerme contra ellos, fuera de Miguel, el Príncipe de ustedes. Daniel 10:21

En aquel tiempo, se alzará Miguel, el gran Príncipe, que está de pie junto a los hijos de tu pueblo. Daniel 12:1

Miguel en la tradición rabínica judía:

Según la tradición rabínica judía, a Miguel a veces se le llama «Príncipe de las naciones», y es quien actúa como «abogado de Israel» frente a su acusador Samael o Satanás (llamado Lucifer o Luz), papel de defensor de los hebreos, desde los tiempos de los patriarcas bíblicos. Por tal razón, según el Rabí Eliezer ben Jacob, fue Miguel quien rescató a Abraham del horno donde había sido arrojado por Nimrod (Midrash Genesis Rabbah XLIV. 16). También fue uno de los tres hombres que visitaron a Abraham para anunciarle el nacimiento de Isaac, y que anunciaron a Lot la destrucción de Sodoma y Gomorra. Algunos Midrash describen a Miguel como el maestro de Moisés durante el Éxodo, además de ser quien protege a los israelitas frente al ejército del Faraón antes de cruzar el mar Rojo. En el Midrash Exodus Rabbah cuenta que Miguel ejerce su función de abogado de los hebreos, cuando Satán (su adversario) acusa a los israelitas de idolatría y declara que constantemente murmuraban deseando haber muerto junto con los egipcios en el mar (Ex. R. XVIII. 5). Pero según el midrash Abkir, dice que cuando Uzza, el ángel tutelar de Egipto, convoca a Miguel a pelear ante Dios, Miguel calla, pues sería Dios mismo quien defendería a su pueblo.

Miguel en la Cábala:

En la tradición y escritos de la cábala, el arcángel Miguel es visto como «Abogado de los Judíos».

Virtudes y Servicios del Arcángel Miguel:

Las virtudes asociadas a Miguel son la voluntad de Dios, el bien, la bondad, la fe, el poder, la fuerza, la protección y el equilibrio. Los dones espirituales que proporciona son básicamente la liberación de miedos, el fortalecimiento de la voluntad y el espíritu, la liberación de cadenas interiores, la fe en uno mismo y el perfeccionamiento espiritual. Es a Miguel a quien debemos invocar ante la presencia de demonios, malos espíritus o simplemente malas energías, ya que su principal función es la de ser un ángel protector. No obstante también es el arcángel ideal para cuando requerimos determinación ante alguna prueba, cuando nos sentimos débiles o carentes de valor, cuando necesitamos fortalecer nuestra voluntad, desarrollar autodisciplina y ajustar nuestra voluntad a la voluntad divina. Se cree que Miguel puede ayudar inspirando a los líderes y algunos ocultistas (del New Age principalmente) afirman que también puede liberarle a uno del mal karma, de los apegos y de la negatividad.

Forma de Representación:

Generalmente se representa al arcángel Miguel con una apariencia marcial (debido que él dirige la milicia celestial): porta una espada o una lanza, carga un manto, a veces tiene una balanza, un escudo, unas llaves o unas cadenas; y, muchas veces, aparece pisándole la cabeza a un derrotado Satanás. Todo ello obedece a su perfil de justiciero, protector de los inocentes, indefensos y oprimidos, y juez de la maldad.

Particularmente, los significados de algunos elementos de su imagen son los siguientes:

1-El título “Príncipe de la Luz” (a veces consta en las imágenes) representa aquella iluminación del sendero humano que libera al hombre de la oscuridad del miedo.

2-La armadura es la fortaleza y la fuerza de voluntad ante las adversidades, pero también es la fe y la seguridad en el bien.

3-El casco es la invisibilidad, la invulnerabilidad, la potencia y la protección ante los pensamientos negativos u oscuros.

4-Se dice que el escudo representa al universo y a la protección que es el amor divino.

5-La espada es la luz de la fuerza espiritual a través de la cual se establece la paz y la justicia, aunque también es la verdad entendida como un arma capaz de rasgar el velo de la ignorancia y el error, razón ésta por la que se puede interpretar como la espada de la verdad divina que libera del pecado entendido como ignorancia e inconsciencia.

6-La balanza simboliza justicia, equilibrio y orden. En ella se pesan los actos buenos y malos, aunque ello con la participación del amor y la bondad divina como factores de redención.

7-Las llaves representan el poder para abrirle las puertas del paraíso a aquellos que, por sus méritos, son dignos de morar eternamente con “el inmortal que habita en la luz inaccesible”.

8-Las cadenas son el poder que tiene Miguel para romper las ataduras que esclavizan al hombre a través de vicios y apegos.

9-El manto es protección y capacidad de habitar el espacio (el aire, la bóveda celeste, etc) y, con ello, proteger a los humanos de los demonios, espíritus y energías malignas que circulan por los cielos

Sello y forma de Invocarlo:

Una manera (hay algunas) bastante eficiente para invocarlo es la siguiente:

  1. Asegúrese de que sea domingo, de preferencia, el primer domingo del mes a las 10 de la mañana.
  2. Procure estar solo y no ser interrumpido.
  3. Tome una vela azul con el suficiente grosor para que la vela se mantenga en pie; y, luego de rezar, tome la vela y frótela con ambas manos desde la base hasta la parte de arriba: repita esto siete veces.
  4. Tome una cartulina blanca, dibuje el sello del arcángel Miguel en la parte superior de la cartulina (se recomienda que ocupe el 1/2 superior o el 1/3 superior de la cartulina); y, en la parte inferior, escriba sus peticiones, lo que le quiere decir al arcángel Miguel y un agradecimiento por estar en su camino
  5. Encienda la vela azul.
  6. Tome la cartulina blanca, lea las peticiones y, cuando termine, agradézcale al arcángel por estar en su camino y estar allí presente. Nota: en una variante, no lee la carta y pasa directamente al siguiente paso
  7. Doble la cartulina y póngala debajo de la vela.
  8. Recite una de las oraciones conocidas (elección personal) al arcángel Miguel. Nota: la oración, o se la sabrá de memoria, o la tendrá anotada en un papel aparte de la cartulina.
  9. Cierre los ojos, ore interiormente, intente sentir a Dios y de ser posible al arcángel, visualice que se ha cumplido su petición, agradezca en su interior a Dios y a Miguel y abra los ojos.
  10. Queme el papel antes de que la vela azul se consuma.
  11. Deje que la vela se consuma, váyase si la vela se demora mucho y no desea esperar.

Nota: si no ve cumplida su petición, repítala todos los domingos que sean necesarios, intentando hacerlo siempre con la mayor fe posible y en un estado de paz interior y ausencia de ira, odio, rencor o mala voluntad hacia el prójimo.

Oraciones:

ORACIÓN I

«San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha.

Sé nuestro amparo contra la perversidad y las acechanzas del diablo.

Que Dios manifieste sobre él su poder, esa es nuestra humilde súplica;

y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, con la fuerza que Dios te ha conferido,

arroja al infierno a Satanás y además espíritus malignos

que vagan por el mundo para la perdición de las almas.

Amén.»

ORACIÓN II

‹‹San Miguel adelante, ¡San Miguel atrás!

San Miguel a mi derecha, ¡San Miguel a mi izquierda!

San Miguel abajo, ¡San Miguel arriba!

San Miguel dentro de mí.

Amado arcángel Miguel, ven a mí en una esfera protectora de luz,

¡aquí y ahora!››

ORACIÓN III

‹‹Ángel de Luz que custodias las Puertas Sagradas del cielo, que pesas con tu balanza la Justicia, que partes con tu espada las tinieblas, préstame los poderes que tú tienes para  defenderme en la vida, de los espíritus o invisibles que mal quieran contra mí, contra mi casa o contra mis seres queridos.

Amén.››

Fuente cartas Egipcias

Arcángel Miguel, Quién, Dios, Eduardo Luz

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