magia lunar, ritual, calendario chino, feng shui, energía, Alfonso León
Este ritual consiste en elegir una noche favorable según el Calendario chino, cuando el brillo de la luna se encuentra en su cenit. Las noches de luna llena son las más indicadas, con el cielo despejado. Toma el espejo, oriéntalo hacia la luna y déjalo en el jardín, en el porche o muro elevado, como mínimo durante tres horas, para que absorba la luz de la luna.
Cuando consideres que el espejo ya ha captado suficiente energía lunar, envuélvelo cuidadosamente en una tela de seda o mételo en una bolsita de brocado. Nadie excepto tú debe tocar el espejo, pues de lo contrario, la energía quedaría empañada.
Puedes cargar de energía un espejo para ayudar a alguien o activarlo para beneficiarte tú mismo de sus mágicos atributos. Una vez cargado de energía, utilízalo durante las siguientes quince noches para reflejar tu imagen, de tal modo que la luz de la luna se proyecte en tu rostro. Absorberás la belleza de la luna llena y el espejo quedará personalizado con tu propia energía intrínseca.
Concluido el proceso, pasa a la segunda parte del ritual, que consiste en cargarlo nuevamente de energía en la noche de la siguiente luna llena. Repite el mismo ejercicio, pero esta vez dirigiendo tus pensamientos y concentrándote en el tipo de pareja que andas buscando. Pídeselo en silencio al Dios del Matrimonio, que según la tradición, habita en la luna y deja que envíe el brillo mágico lunar del matrimonio hasta el espejo.
Llegados a este punto, el espejo ya está listo para usar. En un día y horas propicios, aprovecha la menor oportunidad para reflejar el rostro de la persona amada, dejando que el espejo ejerza su maravillosa magia en tu nombre. En realidad, no invocará un hechizo, sino que abrirá los ojos de la pareja elegida hacia tus cualidades, respecto a las cuales anteriormente se había mostrado indiferente.
Basta con exponerlo al reflejo del espejo una sola vez. Recuerda que sólo debes usarlo cuando estés bastante seguro de tus sentimientos. No lo hagas a menos que estés dispuesto a comprometerte.
Fuente Estampas
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