Dando luz en aspectos de la historia humana, que han sido controvertidos o han sido ocultados hasta el momento, Andréa Barnabé (De Argentina) ha continuado sus charlas al público través de la plataforma Youtube y la llamada Escuela Melquisedec.
Barnabé ha dicho que logró despertar sus memorias astrales y que proviene de la constelación de Sirio, donde pertenecía al grupo de bibliotecarios. Es por ello que actualmente, junto a otros «despiertos», lleva adelante programas y clases virtuales en aras de ayudar a la humanidad en estos momentos álgidos que vivimos.
Durante un reciente programa, Barnabé comentó aspectos relacionados con la humanidad que vivía en la época de Lemuria y Atlántida.
Todo obedece a un Plan Divino
Según ella, todo lo que se vive en el planeta Tierra corresponde a un Plan Divino, el cual no obstante, no ha estado exento de grupos negativos que se han alejado de dicho plan, ocasionando parte de los graves problemas que afrontamos actualmente.
Basándose en la literatura del polémico Libro de Urantia, Barnabé sostiene que el Universo de Nebadón tiene toda una estructura y jerarquía, que comanda Michael, el cual posee un código de ADN crístico adaptable a las razas de sangre caliente y que incluye aspectos como el amor incondicional.
Frente a estos seres, estarían las razas de sangre fría correspondiente a los seres reptiles que dominan muchas partes de la galaxia.
Dado que existe el mundo antimateria, y el mundo material, Barnabé sostiene que la jerarquía de Nebadón busca probar sus mundos y criaturas, por lo que a nivel espiritual, se generan las mónadas de la conciencia y sus fractales que bajan a la máxima densidad para experimentar la materia de este universo en su parte física, y acoplar genética del Creador del Universo en los envases humanos que viven en la tercera dimensión (3D).
No obstante, indica que la galaxia se divide en ciclos que corresponde al viaje que realizamos por el espacio, el cual se compone de un Día Galáctico y una noche Galáctica. Refiere que en Noche Galáctica bajan las frecuencias al estar más alejados de los Centros de Energía o el Sol Central de la Galaxia.
Lado femenino y masculino
Barnabé dijo que en la época de Lemuria, los humanos que vivían en ese tiempo, tenían solo funcionando el lado derecho de su cerebro, que corresponde al lado femenino y los aspectos de la creatividad humana. Ubicados en lo que se llamó el Continente de Mu, los Lemurianos habrían vivido épocas de paz y bajo observación de los genetistas.
Agregó que en el preciso momento de cambio de Día Galáctico a la Noche Galáctica, las jerarquías divinas decidieron acoplar al cerebro humano: la parte lógica, el lado izquierdo mental y masculino. Esta época sería conocida como la Atlántida. Para ello, la galaxia de Andrómeda habría donado de su biblioteca viviente: el humano ario conocido como Neandertal. A esto se le sumó aportes de razas de Antares y de Arturo.
Ya que anteriormente la Tierra vivió otros proyectos genéticos como la raza Polar, Barnabé dijo que las jerarquías cedían espacios para proyectos específicos o de emergencia. Así habría sido el caso del permiso que se le concedió a los llamados «Annunakis» (De Sirio) para que vinieran a la Tierra a extraer oro para la atmósfera de su planeta (Nibirú) que fue dañado durante las Guerras de Orión (Epoca 450.000 años AC).
Paralelamente, las jerarquías le habrían pedido al líder de ese grupo, llamado ANU, que participara en el proyecto del homo sapiens. Es así que su hijo, conocido como Enki (en la literatura de las tablillas sumerias) se le habría pedido que realizara las pruebas de laboratorio y mezcla genética.
Barnabé dijo que en los proyectos de Tierra también participaron los Pleyadianos que aportaron genética (para Lemuria con la raza de Elfos), los de Sirio, Orión, Andrómeda, Antares y Arturo, entre otros.
De Orión, señaló que participó ANU, de donde provendrían los maestros solares conocidos como RAH.
A partir de la época de la Atlántida, Barnabé refirió que vinieron familias con nivel espiritual que servirían como guías para los humanos, como habría sido el caso de las parejas Isis-Osiris y su hijo Horus; Nefertiti-Akenatón y su hijo Tutankamón; así como la tríada Jesús-María Magdalena y su hija Sara…
Sostiene la bibliotecaria galáctica, que actualmente el humano debe integrar todos estos conocimientos, activando los dos hemisferios de su cerebro, conectando su Llama Trina para conectarse a su Yo Soy espiritual, lo cual le permitirá subir su frecuencia y ascender espiritualmente a otros planos. Todo ello permitiendo que el humano pueda ser un ser galáctico, integrándose a sus familias estelares.
Para mayor información ver el siguiente video, especialmente a partir del minuto 29:
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