¿Cómo se forma el espíritu que deberá acoplar con el cuerpo criogénico?

Cuando algunos divulgadores de la conciencia hablaban de las mónadas, el Yo Soy, y de los fractales de alma, no imaginábamos cuan complejo podía ser este proceso.

En un extracto del libro El Ser Uno escrito por seres de la estrella Alfa Centauri (Los Arcanos de Thoth) notamos algunas explicaciones sobre este proceso de distribución de la energía dentro de la mente universal (El Ser Uno).

Los Centurianos han explicado que el universo mental tiene varias regiones y dimensiones, todo lo cual estaría muy bien organizado y en base a determinadas fórmulas matemáticas y ángulos geométricos.

Ellos han dividido estas regiones en realidades: Perfecta, Regular, Secundaria y Primaria. Donde en la realidad Perfecta, estarían las conciencias más elevadas y así -en descenso- llegan a las dimensiones o planos más densos de la materia (realidad Primaria).

Entendemos que cada conciencia o fragmento de energía-pensamiento, que son la base de la mente universal, necesita muchas encarnaciones y experiencias en la vida material para poder escalar posiciones y regresar a su origen, donde reposa su cuerpo criogénico (tema del cual el divulgador chileno Rodrigo Romo nos ha venido mencionando en sus programas de internet).

Según los Centurianos o Ayaplianos, cada envase, cuerpo forma-hombre o «Avatar» transporta consigo miles de millones de energías-pensamientos (digamos pequeñas unidades conciencias) que forman su mundo mental.

Cada una de estas energías deberá pasar su respectivo proceso, y las graduaciones de los planos dimensionales para poder regresar a su origen (primero a la realidad Regular donde está su cuerpo criogénico o en suspensión; y después a la realidad Perfecta).

Ya que todo el universo mental de El Ser Uno (visto por la gente como Dios) se compone de estas unidades de conciencia, que unidas forman estructuras o redes más complejas como planetas, galaxias y sistemas más grandes, estas unidades son las que alimentan, nutren y mantienen vivo al universo mental de dicho Uno/Dios.

Sin embargo, todo este proceso de transformación (evolución y ascensión) de las unidades de conciencia o energías, en el caso del planeta Tierra, tiene peculiaridades que lo hacen aún más  lento y difícil, pues ha habido distorsiones y «virus» que retrasan el avance de las energías.

 

Herencia negativa en la Tierra

Los Ayaplianos han mencionado a un personaje que antes formaba parte de la Confederación Cósmica y que denominan Luzbel.

Este ser habría sido contaminado en un planeta muy denso llamado Satién, y habría sido el iniciador de un proceso de virus que fue contagiando parte del universo mental de El Uno, e incluso formó un universo mental paralelo, pero de carácter negativo y enfermo (un mundo invertido).

Los Centurianos han dicho que la Tierra es una parte proveniente (hija) de ese planeta Satien (que se ubicaba en la Osa Mayor y era de criaturas reptilianas); el cual tuvo problemas con un virus que llamaron Ambición, y que la Tierra posee de manera latente en sus unidades de conciencia como herencia, una vez que Satien explotó en tiempos antiguos.

 

Espíritus que «transportan» conciencias o energías

Los Ayaplianos explican que mientras nosotros hablamos de espíritus, ellos señalan que se trata de energías-pensamientos (pues todo es mente, y el universo es mental).

Así que podemos decir que los espíritus o unidades de energías-pensamientos están destinados a realizar un largo recorrido para acumular experiencias que le permitan pasar los grados y llegar a su origen, pues El Ser Uno o voluntario-guía decidió experimentar la materia, y su mente se alimenta de esas experiencias-energías.

Los Centurianos dijeron que los espíritus que logran trascender todos estos planos o grados, son quienes entonces ya no tendrán que pasar por el proceso de encarnación en los planetas.

Mientras no trascienden a dimensiones superiores, los Ayaplianos dijeron que estas unidades de conciencia deben cumplir su trabajo universal que es la participación en la creatividad de esa mente universal.

Visto de manera más específica, los Centurianos dijeron que la mente tiene además otros componentes: como es la idea (semilla o semen) y la glándula pineal (útero) y que juntos forman grandiosas ideas en los planos superiores; pero que en los planos inferiores o densos, los hombres solo logran la procreación de más energías-pensamientos (o hijos, palabra usada en su literatura).

Es decir, el hombre en la densidad no crea ideas, sino que solo procrea más hijos-pensamientos. De hecho, los Ayaplianos han dicho que el envase-hombre fue creado precisamente para que fuera hospedero de la energía mental y ésta pudiera llegar a ser infinita y eterna.

 

Procrear más «hijos» para la Mente Universal

Como la energía de la mente universal siempre se está reciclando, los Ayaplianos dijeron que sus energías-pensamientos no pueden permanecer estancadas o en los denominados depósitos, pues deben circular para lograr la continuidad mental.

Ante esto, las llamadas Ideas (semen) deben buscar las glándulas pineales (úteros) para poder seguir su continuidad, concibiendo más hijos-pensamientos que trabajen para la Mente del Uno.

Estos seres de Alfa Centauri, agregaron que cuando la glándula pineal alberga máxima sabiduría o experiencias, el ser de la realidad regular podrá pasar a la realidad perfecta. Para ello llevará consigo en su Avatar millones de energías-pensamientos (espíritus) que formarán su nueva mente.

 

Acoplando el cuerpo criogénico

En este punto, los Ayaplianos explicaron un poco más lo que el divulgador Romo nos ha estado contado sobre los cuerpos criogénicos.

Los Centurianos dijeron en su libro, que el «Avatar» y sus millones de conciencias («adjuntas») estuvieron encarnando de manera holográfica.

Es decir, dicha holografía es la que lleva consigo todas las experiencias o vivencias de todas sus existencias, y al unirse a su cuerpo criogénico-verdadero, se producirá la fusión de las dos realidades: la inferior y la superior, obteniendo el ser -de esta manera- una visión global de toda su realidad.

En otras palabras, el ser ya no tendrá que encarnar más (nacer y morir) sino que estará en la fase de la creatividad.

Yendo un poco más hacia el origen, los Centurianos han explicado que los seres etéricos debieron copiarse o realizar un negativo de su imagen (forma-hombre) por múltiples razones (entre ellas) poder explorar las densidades de la materia, rescatando fragmentos de conciencia atrapados en las partes más densas de la realidad mental del Uno.

Estos «voluntarios» de la Confederación tuvieron que proyectarse como holografías para poder entrar en la superficie del planeta, pues la atmósfera y el desarrollo del virus, les impedía llegar con sus cuerpos originales.

Cuando a estos voluntarios les corresponda regresar al origen, su holografía llevará consigo los millones de energías-pensamientos. En otras palabras, «viajarán» con todos los densificados rescatados de la materia muy densa.

En este proceso, los hombres-densificados deberán reflejarse en los espejos de la holografía para unirse por correlación. Al hacer esto, se formará una sola energía o ser energético (el espíritu).

En otras palabras, es un espíritu el que llevará consigo las unidades de conciencia para poder llegar a la Dimensión Regular y poder así recuperar su Cuerpo Criogénico o cuerpo original.

 

 

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Continuará…

 

 

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