centro, cómo volver, S, meditación, mente, entrenamiento
El mundo moderno está poblado de ruidos externos e internos. La ciudad nos desconecta de la naturaleza; la tecnología y el consumo son aceleradores constantes. ¿Cómo volver al eje? En esta nota desarrollamos tres «S» fundamentales de la meditación.
Muchas veces se dice que meditar es sentarse y no hacer nada. En realidad es sentarse y hacer en el plano de la mente. Y la mente es fundamental. Meditar es un entrenamiento que te abre la puerta a muchísimos aspectos de vos misma que ni imaginabas que tenías.
La sola idea de lograr calma mental les parece a muchas personas una meta imposible de lograr. Pero no es así. Practicando, el éxito está garantizado. Y no hace falta retirarse a un monasterio en la montaña para lograrlo. De verdad, podés hacerlo en cualquier lugar si te lo proponés.
¿Cuáles son las tres «S» de la meditación?
+ Simple
La civilización nos ha ido complejizando cada vez más. Ser civilizado es una experiencia que necesariamente aleja al individuo de su esencia natural y lo formatea para que encaje perfectamente dentro de la trama social.
Inevitablemente nos dejamos formatear para ser aceptados y pertenecer a algún grupo de personas, ya que somos animales sociales y funcionamos y evolucionamos mejor en comunidad.
Esto lo sentimos y lo vivimos en cada día, en cada mes, con cada nueva app, nueva red social, con cada adelanto que aparece en el mercado y que nos incita a correr atrás de él.
Desde esta óptica, el entorno parece indicarnos que cada día que pasa necesitamos más cosas para sentirnos plenos y felices. Y en esa complejidad nos vamos alejando de nuestro verdadero centro y nos movemos solo por la periferia de lo que somos en esencia. Nos pasamos horas mostrando a la “periferia” aspectos obligados por la sociedad y, mientras tanto, escondemos los aspectos reales, que van quedando en segundo plano. A menudo los escondemos hasta de nosotros mismos. ¿O será que ya nos cuesta recordarnos tal cual somos?
Buscamos realizarnos con un auto nuevo, un trabajo nuevo, un amor nuevo, cien seguidores nuevos… el éxito se mide de maneras misteriosas y extremadamente complejas.
En realidad nos mentimos con esos logros externos que se realizan a costa de la verdadera pulsión interna. Después descubrimos la felicidad del ser total cuando simplemente deambulamos sin rumbo por la playa con los pies en la arena.
La división entre el ser real y el ser complejo inventado para ser funcional social trae dolorosas consecuencias en nuestras vidas.
En la práctica de la meditación ocurre exactamente lo contrario. La meditación te invita a ser vos mismo al natural. Al recordar nuestro verdadero ser interno, desechamos por unos instantes todo lo superficial, todo lo agregado y todas las ultimas app del mercado. Porque todo que necesitamos está ya mismo en nuestro interior esperando para ser utilizado.
En meditación, más simple es igual a más beneficioso. Como en la moda donde muchas veces menos es más. Acá pasa lo mismo.
Ir de lo complejo a lo simple, de lo rebuscado a lo original, no es una tarea sencilla. Adaptados como estamos a vivir en lo complejo, ser simples nos da miedo. Miedo a quedar afuera del grupo, miedo a mostrarnos sin vueltas tal como somos, miedo a ser mal interpretados. A veces tenemos que desaprender lo socializado para recuperar nuestra esencia.
La meditación te reconecta con tu espacio interno, un espacio donde es posible ser en plenitud, a lo grande y sin pedir permiso. Un espacio de exploración del ser donde todo lo que ocurre queda en el ámbito de lo privado, es todo tuyo, y es gratis. En ese interior y sin excusas podemos encontrarnos con nosotros mismos, el Ser real. No hace falta publicarlo, ni decírselo a nadie. Increíblemente se van a dar cuenta igual, porque una ligera vibración acompaña al meditador. Una cualidad energética que lo hace visiblemente más auténtico y original y que lo distingue del resto: su simpleza.
+ Sereno
Desde el comienzo de la práctica de la meditación, lentamente y de manera gradual la misma energía meditativa te va llevando al centro de tu Ser real.
Todas las falsas percepciones acerca de uno mismo se van diluyendo y al mismo tiempo el auténtico «yo» se manifiesta: el Ser real que sos y que inexorablemente te acompaña a donde quiera que vayas.
El conocimiento dado por la experiencia durante los periodos de meditación sobre la existencia permanente del Ser interior facilita que ocurra algo extraordinario: una vez que estás en el centro de vos mismo, la periferia no es otra cosa que eso: periferia.
Y esa información no es una información cualquiera por que va a modificar tu realidad para siempre: el Ser en el centro permanece. Saber que algo de nosotros, que una parte de la conciencia existe invariablemente, modifica la acción en el mundo real. Este conocimiento no te aleja del mundo, te permite disfrutarlo de otra manera, con otra mirada.
Entonces surge una nueva forma de expresión: la serenidad.
Lo sereno encuentra su ancla en lo eterno del Ser interior y se basa en la observación de que naturalmente todo es cambio.
Esto, que al principio solo se ve por pequeños segundos, va tomando cada vez más forma y consistencia hasta formar parte del carácter más esencial de la persona: la serenidad.
+ Sabio
El resultado de la experiencia meditativa reúne al individuo con su Ser real y eterno. Con la práctica de la meditación, la dimensión de lo que es verdaderamente importante en la vida se expresa con naturalidad. Todas las cuestiones de la periferia que antes nos estresaban o nos angustiaban toman su verdadero lugar, y los temas realmente importantes brillan en nuestro cielo interior.
Potenciando al Ser, la persona toma los caminos correctos. Nace en el meditador la cualidad de la sapiencia, la posibilidad de tomar las mejores decisiones cada día centrándose en su verdadera esencia, con simpleza, serenidad y sabiduría, siguiendo con intuición los latidos de su alma.
Consejos para meditar
La meditación es extremadamente simple y no se necesita nada externo para practicarla. Alcanza con tener la voluntad puesta en observar; la auto observación libre de juicios es la llave del crecimiento.
En cualquier actividad que realices y donde veas que se te está complicando mucho la situación:
* Tomá una pausa
* Respirá. Hacélo atentamente mientras te preguntás:
¿Cómo puedo ser mas simple? ¿Cómo podría hacerlo más fácil? ¿Dónde estoy enredado? ¿Esto es realmente necesario para mí? ¿En qué me cambia?
Fuente Entre Mujeres
centro, cómo volver, S, meditación, mente, entrenamiento