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De origen árabe o griego, los talismanes representan una operación mágica o símbolo de poder que tiene un objetivo principal: crear un campo vibratorio de luz y fuerza positiva que impide que lo malo opaque a la persona que lo mantiene energéticamente armónico.
Según los cosmobiólogos, llevarlos potencia la concreción de deseos positivos, ayuda a conseguir trabajo y no perderlo, fortalecer un amor o encontrarlo, brinda armonía a la familia y fomenta la salud.
“Una persona a la que constantemente le salen las cosas mal, se deprime fácilmente, presenta agotamiento o cualquier otro padecimiento negativo; debe utilizar un talismán”, explicó la cosmobióloga Francys Trujillo.
Todo está en el poder de la mente. Para que éste surta efecto debe contener el elemento natural y metal para que el flujo positivo pueda activarse. ¿Cómo hacerlo? El individuo debe programarse y realizarse un baño con sal marina durante siete días, sintonizarse mentalmente con la energía positiva, tomar de la mano el talismán y repetir 33 veces la palabra mágica bien sea éxito, amor, prosperidad o salud, según la intención o el objetivo a alcanzar.
“Es importante tomar en cuenta aspectos como el contar con la luna llena, que exista una alineación de planetas positiva o que al activarlos se encuentre en la estación de verano que se presenta en los meses de junio, julio y agosto”, señaló Trujillo.
Un aspecto que hay que considerar es que cualquier objeto no puede utilizarse como talismán, por lo general se construyen sobre la base de cristales de cuarzo, piedras preciosas o semi preciosas, así como monedas de plata o las tan famosas monedas chinas. Estos materiales se pueden adquirir en las tiendas de Feng Shui.
La cosmobióloga también señaló que se unen los elementos y se hace la petición, la persona debe renovar la energía vibratoria que absorbió el talismán. “Uno de los días positivos para hacerlo anualmente es el 21 de diciembre, pero si la energía es muy negativa, se debe realizar todos los meses por la noches de luna llena”, dijo Trujillo.
A través de la sensibilidad espiritual de cada persona puede medirse la fuerza protectora del talismán. Lo más importante es que cualquier persona puede portarlo sin importar la religión, porque se trabaja con la fuerza individual de la mente.
“La energía actúa por sí misma y no requiere de la sugestión o creencia personal para producir un efecto beneficioso”, dijo Francys, quien destaca que los talismanes no pueden ser prestados ni tocados por otras personas, porque es una operación mágica individual que busca generar una vibración propia.
En el caso de que se rompan, lo ideal es que se coloquen en una maceta con arena, porque los elementos que se utilizan proviene de la tierra y al perder su acción protectora hay que regresarlos. Pequeños, grandes, llamativos o no, los talismanes representan una opción positiva.
Fuente Facetas
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