Decretado, firmado y refrendado
No podrá darse marcha atrás a lo que se inicia como una necesidad absoluta de cambio esperado legalmente hablando.
Todas las trabas o situaciones contrarias tendrán que estudiarse profundamente, porque la gente, el pueblo, el común, posee grandes expectativas en cuanto a se refiere.
poder que dilate, que extravíe o que cause cualquier daño al proceso iniciado, se vendrá abajo por sí o por las personas que de los mismísimos altos gobiernos quieren que se efectúe tan polémico proceso.
El ente máximo que imparte justicia, tendrá sus días contados a partir de un pronunciamiento tan estéril como contraproducente, que además estará aunado a la finalización prematura de su funcionamiento.
No hay quien detenga a un pueblo que ha tomado la firme decisión del cambio y ahora desde la conciencia y del ser, la no puede más, como tampoco puede el cuerpo y el alma de esta población que demostrará con hechos inevitables su cansancio y hastió.
Caerán a diestra y siniestra todas aquellas promulgaciones que atenten contra el bienestar social y sobre todo contra el funcionamiento de organismos públicos y que afecten tan directamente a la educación en Venezuela.
Quien promulga no se acordó de su papel educador y mucho menos de su estado social de donde vociferó y criticó tanto a aquellos que poseían fortunas y que ahora se cuenta entre ellos.
Mucha música, mucho ruido y mucha demagogia, junto a una politiquería barata, será el estandarte de la nueva cara gubernamental.
Por supuesto, nada convencerá, pero sí enardecerá a un estómago y a un cuerpo físico que tienen necesidades específicas y que no están para juegos.
El encanto o cualquier energía que se quiera manejar a través de una oscuridad y de cambios de horario, se caerá por si solo, de acuerdo a la formación espiritual, a la creencia en un Dios supremo y la profunda convicción de que ángeles y arcángeles están con nosotros y nos guían y ayudan en el camino desde hace un buen rato para acá y que nos despertaron y nos abrieron los ojos ante tanta insolencia energética.
Ya no somos los mismos del 2010, crecimos y seguimos creciendo en fe y en ganas de sacar de la oscuridad al territorio nacional venezolano.
Del efecto dominó no se puede escapar y ahora es cuando viene la verdadera cara de los altos gobiernos para no perder lo que hasta ahora han encontrado, riquezas y abusos, ignominia, pero sobre todo, tampoco perderán el clamor del cambio.
Nada detiene lo que se empezó desde la conciencia y el ser, este es el tiempo donde finalizan ciclos y se abren unos nuevos.
Fuente Juan Carlos Ávila / Diario La voz