El Yo Superior: tu equivalente divino

El Yo Superior es el aspecto de tu espíritu consciente individual que trasciende tu cuerpo desde la cuarta hasta la novena dimensión.

Más allá de la novena dimensión no se distingue la conciencia individual.

Tu Yo Superior tiene función, forma y nivel de conciencia diferentes en cada dimensión.

Lo que llamas Yo Superior es la parte de ti que vive en la quinta y sexta dimensiones y todavía mantiene forma humanoide aunque no sea ya física.

El Yo Superior está disponible para una conexión consciente siempre que lo desees y estés preparado, pero no interferirá con tu libre albedrío para hacerse notar ni para influenciar tu vida.

Para poder conectarte directamente con tu Yo Superior debes desear evolucionar espiritualmente y saber que eres un alma y espíritu valioso más allá de tu cuerpo.

En caso contrario, la conciencia de tu cuerpo se identifica con el ego y la personalidad como si aquél fuera todo el yo.

 

Tienes un homólogo divino

Si acabas de empezar a despertar espiritualmente puede que te hayas dado cuenta o no de que tienes un homólogo divino o quizá creas que está aislado de ti.

A través de la meditación, la instrucción, los sueños, o las revelaciones, puedes ir dándote cuenta de que también existe una divinidad en tu cuerpo.

En ese punto se convierte en algo natural pedir ayuda a los guías, Maestros Ascendidos, ángeles y tu propio Yo Superior para desvelar lo divino, el verdadero yo interior.

Con su ayuda afloran a la superficie karmas, creencias, juicios, emociones y cualquier otra cosa que esté bloqueando el camino de acceso a tu divinidad y puedes empezar con el despejamiento y la sanación como aspectos del despertar espiritual.

Cuando te das cuenta de que lo único que bloquea tu acceso a la conciencia de Dios es lo que tu yo humano de la personalidad / ego ha creado, estás preparado para asumir la responsabilidad de crear tu realidad de una manera más consciente y armónica.

Estar conectado con el Yo Superior de tu cuerpo es la forma más directa  de crear puntos de referencia superiores de amor, integridad espiritual y conexión con Dios/Diosa/Todo Lo Que Es, así como de acelerar la liberación de energías limitadas y más densas.

Puedes haber experimentado tu Yo Superior como Ser de Luz, con el que sólo puedes conectar fuera de tu cuerpo.

Esta experiencia aflora de una espiritualidad basada en la dualidad y la necesidad de ser no físico para poder experimentar estados superiores de conciencia y comprensión.

Si percibes tu yo humano como si fuera exclusivamente un «yo inferior» y en consecuencia tu vida física como «inferior a» la realidad, ello bloqueará enormemente tu progreso y alegría espirituales.

Tu yo humano es sólo lo que haces de él o lo que crees que es.

Si tienes la suerte de tener padres cariñosos y amigos que te animan a pensar por ti mismo y saben que eres una parte divina de Dios/Diosa/Todo Lo Que Es y que eres un espíritu sagrado viviendo en un cuerpo, no habrás considerado nunca a tu yo como un «yo inferior» limitado.

Te identifican con la conciencia de tu cuerpo sólo porque vives en una sociedad que todavía no anima ni reconoce la conciencia de tu yo divino desde el nacimiento.

Así, tu yo humano se percibe a sí mismo como físico, impuro, sin poder para ayudarse a sí mismo y a merced de un Dios todopoderoso.

Este «yo inferior» sólo vive por supervivencia y para evitar el dolor en todo lo posible, y subconscientemente siente una profunda vergüenza por el hecho de ser humano y por ello una forma «inferior» de conciencia.

Las religiones dogmáticas han complicado más las cosas programando a las personas para creerse criaturas pecadoras e inferiores que necesitan la salvación, pero que no son capaces de nada sin la autoridad de la iglesia.

En muchos casos, estas enseñanzas religiosas se unen a las normas sociales para convencerte de que eres tu cuerpo y nada más.

Atraer al cuerpo la energía y la conciencia de tu Yo Superior en lugar de abandonar el cuerpo para acceder a esta conciencia es una gran reafirmación del valor y el estado de conexión de tu yo humano a la divinidad y un gran paso para dejar de creer en el aislamiento.

 

Conecta conscientemente con el Yo Superior en tu cuerpo

A medida que te acerques a la iluminación y la ascensión, los aspectos iniciales de tu Yo Superior con los que te conectes serán asimilados en tu cuerpo uno a uno hasta que finalmente moren allí en un estado de fusión permanente.

En esos niveles la forma que veas tomar a tu Yo Superior irá cambiando.

Ello es debido al hecho de que te conectas cada vez con el aspecto del Yo Superior inmediatamente superior al que ya has asimilado en la conciencia y en el cuerpo.

Finalmente, experimentarás tu Yo Superior como una bola de luz, una estrella, una espiral de luz u otra forma esencial que ya no tendrá apariencia humana.

Ello indicará que estás alcanzando zonas dimensionales superiores de ti mismo.

Es sumamente recomendable incorporar las siguientes técnicas en tu práctica espiritual diaria o al menos regularmente para acelerar y estabilizar tu identidad como idéntica a tu esencia espiritual.

 

Encuentro y fusión con el Yo Superior

Aunque el Yo Superior no posee en última instancia forma humana, cuenta con aspectos en la quinta y sexta dimensiones que parecen cuerpos humanos de luz.

Primero, establecerás contacto con la parte de tu Yo Superior cuyas vibración y dimensión están más cerca de tu cuerpo.

En las ilustraciones  verás al Yo Superior uniéndose a ti al conectar las palmas de sus manos con las tuyas.

Luego se conectan los chakras al conectarse la parte anterior del cuerpo de tu Yo Superior con la parte posterior del tuyo.

En el primer estadio, mientras las palmas de las manos se tocan, se establece un flujo de energía desde el Yo Superior hacia tu cuerpo a través de las manos.

Mientras te llenas de energía se te pedirá que preguntes a tu Yo Superior si tiene un nombre por el que llamarlo o llamarla.

  • El Yo Superior puede decidir por alguna razón no darte su nombre.

Eso puede pasar si el Yo Superior cree que un nombre limitaría de alguna manera tu percepción; por ello si no te diera un nombre también está bien.

Puede que te lo dé en otro momento o tal vez no.

Las manos del Yo Superior y del yo humano establecen contacto con el propósito de intercambiar energía.

El Yo Superior se coloca detrás del yo humano y le manda cordones de luz

Desde cada uno de sus chakras a la parte posterior de los chakras del cuerpo humano.

En el segundo estadio de meditación, cuando conectas la parte posterior de los chakras con la parte anterior de los chakras del Yo Superior, éste dejará el contacto de las manos y se colocará detrás de ti.

La razón es que la parte subconsciente de los chakras está situada en la espalda directamente detrás de la parte consciente de los chakras, que están delante.

Por ejemplo, por delante el chakra del corazón está situado en el centro del pecho, y por detrás entre los omoplatos en el área de la cuarta a la séptima vértebra torácica.

Cuando tu Yo Superior conecte con los siete chakras, sentirás un suave chorro de energía al llegar desde atrás la forma de tu Yo Superior, fusionándose plenamente con el cuerpo físico.

Una vez terminada la fusión, intercambiarás regalos con tu Yo Superior.

A continuación tendrás que dar a tu Yo Superior algo que te pida.

Así que algo que tú consideres negativo es un maravilloso regalo para tu Yo Superior, ya que lo que más desea es una conexión más profunda y cariñosa contigo.

También se te puede pedir algo más simbólico, como un cristal, una flor, o tu esperanza, por ejemplo.

Sea lo que sea, has de saber que será lo que más refuerce vuestra unión en ese momento.

Cuando ofrezcas a tu Yo Superior un regalo, el Yo Superior a su vez te dará un regalo a ti.

Tómate un tiempo para sentir el regalo energéticamente. Si no estás seguro del sentido y objetivo del regalo, pregunta.

Después colocarás ese regalo dentro de tu aura o de tu cuerpo, donde creas que es su sitio. Siempre estará ahí, creando un lazo o unión entre los dos.

Llegará el momento en que tus distintas conciencias se fusionen y sean una de nuevo.

 

 

Fuente: Por Amorah Quan Yin / Sitio Web Mind-Surf / Biblioteca Pleyades

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