Fiesta, Imbolc, Lugnasad, 01 de Febrero, Eduardo Luz, Cartas Egipcias
Dentro de la cultura Celta existe una serie de festividades que se desarrollan a lo largo de todo el año, el cual corresponden a la Rueda del Año, un instrumento que ellos usaban para medir el tiempo entre una y otra festividad que se desarrollaba. Estas festividades tienen una poderosa relación con aquello sobre el misticismo, la transformación y el cambio que se puede vivir en la vida y en todo lo que hay en nuestro entorno. Entre las festividades que forman parte de esta rueda, encontramos Samhain, Yule, Imbolc, Ostara, Betane, Litha, Lughnasadh, Mabon, todas ellas forman parte de esa rueda de piedra en donde se especificaba la fecha de cada festividad tanto para el hemisferio sur, como para el hemisferio norte.
Ahora bien, teniendo en cuenta esto, cada 01 de febrero se celebra en el Hemisferio Norte, la festividad de Imbolc, mientras que en Hemisferio Sur, se celebra la festividad de Lughnasadh, sucesos importantes dentro de la cultura celta. Cada uno de ello, tiene que ver con la fertilidad, el fin de ciclos y el inicio de otros nuevos. Estos festivales son considerados en los tiempos más recientes como el festival del fuego, uno de los ocho días festivos, cuatro solares y cuatro lunares, o Sabats de la rueda del año neopagano.
Imbolc (Hemisferio Norte):
Se asocia convencionalmente con el 01 de febrero aunque realmente el festival celta comienza el 31 de enero en los tiempos más recientes la ocasión ha sido generalmente celebrada por los paganos modernos hacia los días del 01 y 02 de febrero. Algunos neopaganos relacionan esta celebración con el punto medio entre el Solsticio de Invierno y el Equinoccio de Primavera que actualmente se celebra el 4 y 5 de febrero. La evidencia de que Imbolc se celebraba se deriva de las colecciones de folclore hechas durante el siglo XIX y principios del siglo XX en Irlanda y Escocia, además de estudios comparativos de costumbres similares en Escandinavia.
Como otros festivales del calendario celta en la tradición irlandesa, Imbolc se celebraba el 1 de febrero lo cual marcaba el comienzo del día de acuerdo con las costumbres celtas. El festival se asocia principalmente con la llegada del periodo de lactancia de las ovejas, aprestas a dar a luz en primavera. Esto puede variar hasta dos semanas antes o después del comienzo de febrero.
El nombre en el lengua irlandesa significa “en el ombligo” (i mbolg), refiriéndose a la gestación de las ovejas, y es también un término celta para primavera. Otro nombre es Oimelc, que significa “leche de ovejas”; significa también Brígida que se refiere a la diosa celta de la metalurgia en cuyo honor el día es sagrado. La festividad es una fiesta de luz, reflejando los días cada vez más largos y la esperanza de la primavera. Tradicionalmente se iluminan faroles en los frentes de las casas por unos cuantos minutos, y en los rituales a menudo se usan muchas veladoras.
En la Wicca se celebra una variación de Imbolc como uno de los cuatro festivales de fuego, que forman parte de los ocho aquelarres (sabbats) de la Rueda del Año. Imbolc se celebra entre Yule, Solsticio de Invierno y Ostara Equinoccio de Primavera. El punto medio astrológico preciso en el hemisferio norte es cuando el Sol alcanza quince grados de Acuario. En el hemisferio sur, el comienzo de la primavera es en el punto medio de Leo. En la Wicca diánica, Imbolc, también conocido como Candelaria, es el tiempo tradicional para las iniciaciones. En otros estilos de Wicca es momento para rededicaciones y promesas para el año venidero. Ésta festividad está relacionada también con la leche, por lo que es tradición comer queso y productos lácteos, y beber leche.
Ritual de Imbolc:
Para el altar podemos usar un símbolo de la estación, como una flor blanca. También debemos tener una vela naranja o amarilla ungida con aceite de mirra, canela, incienso o romero. Invocamos a nuestros guías con las palabras siguientes:
Es el tiempo de la fiesta de antorchas,
cuando cada lámpara se inflama y brilla
para dar la bienvenida al renacimiento del Dios.
Celebro a la Diosa, Celebro al Dios.
Toda la tierra celebra.
Prendemos la vela anaranjada con la vela roja del altar (la que representa al Dios y la Diosa Juntos. Lentamente caminamos al rededor del altar en sentido de Deosil, sentido contrario de las agujas del reloj para nosotros con la vela adelante nuestro. Luego decimos:
Toda la tierra está envuelta en invierno.
El aire esta helado y la escarcha cubren la tierra.
pero el señor del sol, el astado de los animales y lugares salvajes
ha renacido, sin ser visto de la Diosa Madre Señora de toda fertilidad.
Salve Gran Dios! Salve y Bienvenido.
Nos detenemos delante del altar, manteniendo la vela en alto. Miramos su llama y visualizamos nuestra vida floreciendo con creatividad, con renovada energía y fuerza. Si necesitamos mirar al futuro o al pasado, ahora es un momento ideal. Es el momento de hacer otros trabajos de magia si lo deseas. Luego, si prepararon algo de comer, este es el momento de comerlo. Agradezcan a los Dioses, despidan a los Guardianes y cierren el proceso.
Lughnasadh (Hemisferio Sur):
Cada año, el día 01 de Febrero se celebra la festividad pagana del Lammas. Es considerado una fiesta tradicional de la cosecha, cuyo origen se establece en la cultura Celta. Este acontecimiento también es conocido como Lugnasad, el cual se celebra el mismo días en los países anglosajones y en las religiones de revival celta y neopagano como el wicca. En la época medieval esta festividad era conocida como “Gule of August”, pero hasta ahora el significado de gule es totalmente desconocido para muchos. Es importante señalar que las palabras Lammas proviene la antigua expresión inglesa hlaf-Maesse, que se traduce como “masa de pan”. Cuando todo esto se originó, cada 01 de febrero las reuniones y las ferias eran cosas frecuentes en el hemisferio sur, recordemos que esta festividad se celebra el 01 de agosto en el hemisferio norte.
Lammas y Lugnasad son celebraciones que se llevan a cabo en áreas distintas pero que guardan una estrecha relación. Esta festividad es considerada como una de las más importantes en el calendario medieval irlandés entre los que se encuentra la festividad de Imbolc que se lleva acabo a comienzo de febrero, Baltane el primero de mayo y Samahain en octubre. Como sabemos el calendario celta estaba basado en los ciclos de la Luna, el Sol y la vegetación, por lo que las fechas del calendario actual son realmente variables. El Lugnasad, marca el comienzo de la época de cosechas, la maduración de las primeras frutas y fue tradicionalmente un tiempo de reunión de la comunidad, ferias, carreras de caballos, y reuniones con familiares y amistades distantes.
Para el caso de los irlandeses, este es el período de los famosos handfastings, es decir, para las bodas – matrimonios, de pruebas que solían durar alrededor de un año y un día, con la opción de finalizar el contrario antes del nuevo año o formalizarlo de manera permanente. Era una festividad única que nos incitaba a sincerarnos y a mostrarnos tal cual éramos. Según cuenta la historia el Lugnasad fue iniciado por el Dios Lugh, como una fiesta funeraria y juegos en donde se conmemoraba a su madre adoptiva, Tailtiu quien murió de agotamiento después de despejar las llanuras irlandesas para la agricultura. Se dice que esta festividad nos motiva a establecer declaraciones de paz y amor. Es el momento ideal en donde las fuerzas de la energía por el sacrificio y el amor empiezan a dar sus frutos para hacernos cada vez más fuertes y llenos de energía única y renovadora.
Esta festividad, nos invita a que comencemos a cosechar lo que hemos sembrado a lo largo de los últimos meses y nos recuerda que pronto, los días de verano llegarán a su fin. Por otra parte la emoción, el deseo y la magia se conjugan en una cosmovisión única en donde debemos poner toda nuestra energía para renovar todo lo que hemos estado dejando a un lado, ya que de lo contrario podríamos terminar en serios aprietos. Por otra parte, el mundo natural empieza a crecer a nuestro alrededor, como un recordatorio único de que todo morirá pronto. El deseo y la pasión, el sentimiento consciente de que todo morirá pronto reposa en un lado de nuestro corazón y nos lleva a ver las oportunidades como la gran salida que necesitamos para cambiar y mejorar lo que tenemos.
Es un momento en donde lo esencial se convierte en algo tan esporádico que nos recuerda que somos simples viajeros en esta vida. Por eso, esta festividad nos invita a celebrar la vida, el amor, el nacimiento, el placer y los alimentos, así que celebremos este día regalando una fruta, un pan, dando bendiciones ya que todo esto terminará por representar las abundancias que poseemos y que iremos alcanzando diariamente. Son muestras de agradecimiento que nos recuerdas que las habilidades, las capacidad y los logros se pueden alcanzar con un poco de paciencia, amor y una dosis de seguridad. Estamos ante un momento en donde nos debemos dar cuenta qué ha sido lo mejor que hemos cosechado y lo qué dejaremos al mundo.
Este día tanto los agricultores y ganaderos piden para que estas circunstancias no les provoquen verdaderas pérdidas económicas. Esta veneración a la Tierra es considerada como una de las más antiguas existentes actualmente. El objetivo de esta fiesta es entregarle a la Tierra todo lo que cada uno de los habitantes no quiere que le falte a su familia. Por ello es muy corriente la construcción de un pozo en el que van introduciendo en una olla alimentos que le quieren ofrecer a la Madre Tierra, a su vez éstos alimentos son los que no quieren que les falten a ellos. Es como un regalo que le hacen a la Tierra y que con ello le ruegan que todos los años puedan llevárselo porque eso sería una señal de que los campos y cultivos se han cosechado muy bien ese año. Una vez que la comida ha sido introducida se cierra el pozo y se da de fumar a la Tierra.
Con todas estas actividades pretenden conseguir una buena cosecha para el año siguiente, porque si tienen contenta a la Madre Tierra, ésta les devolverá la gratitud en forma de alimentos para los ciudadanos. Por ello son realizadas éstas y otras actividades en todos aquellos pueblos y ciudades que forman parte de la Cordillera de los Andes.
Fuente Eduardo Luz / Cartas Egipcias
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