viajes, regocijo, Impulso, vida, Reinaldo Dos Santos
Los viajes nos admiten conocernos y aprender sobre otros modelos de vida, otras culturas. Cada irrefutable tiempo es digno forjar un viaje dentro de los recursos que la persona tenga. Es más, cuando uno se concibe detenido la principal forma de activarse es viajando, no concierne el lugar o la distancia, renueva la energía en tu vida, refrescarás tu fuerza interna y te vincularás con tu misión de vida, tu alma y tu amor. Es como si coexistieras una reestructuración originada por el discernimiento de otras culturas, personas, sabores, porque nosotros desarrollamos al conocer nuevas cosas, lo que empuja métodos de transformación en tu cotidiano vivir.
Para alcanzar esta gratificante experiencia, correspondes agilizar la coordenada Noroeste, conducta del disfrute y la gratitud. Ubica allí un portarretrato plateado, una foto tuya con los brazos abiertos acogiendo toda la energía del universo. Si no lo posees, selecciona una en la que aparezcas feliz. Te recomiendo que siempre que viajes te saques una fotografía en ese espacio con los brazos abiertos.
Una de las mejores curas para concebir viajes radica en el empleo de barcos y veleros, piezas que personifican el poder transponer de un país a otro. Hay una maravillosa cura del feng shui y es obtener un barco de velas abiertas. Ubícale una docena de lingotes chinos dorados fingiendo así como si fueran de oro, 27 monedas doradas y piedras de cuarzo semipreciosa.
Es como si apreciaras que este barco te acarrea fortuna de otras tierras, que estuvo en un sitio colmado de riquezas y ahora nos está acarreando todo lo mejor. Lo ideal es situarlo en una entrada de tu casa u oficina en una mesa baja y con la proa asentando hacia el interior del espacio que no dé hacia una ventana o un baño porque será como si botarás toda esta energía de riquezas.
Fuente Reinaldo Dos Santos
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