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¿Ha sentido alguna vez que por varios días le suceden pequeñas, pero molestas cosas como que pierde las llaves del carro, se le quema la comida, llega tarde a las reuniones, o pierde concentración, además de sentir una tensión corporal? A veces, ello es atribuido a lo ajetreado de los días, pero pocos suelen imaginar que podría ir más allá. La terapia psicofísica resulta una respuesta idónea en la mayoría de los casos que no consiguen explicación.
Esta técnica es una mezcla entre la conversación con el paciente, y la aplicación de masajes o la ejercitación de las zonas en las que se sienta dolor o tensión.
El terapeuta psico-corporal, Rodrigo Gallardo, explica que la idea es que en medio de la conversación con el paciente, se vaya observando de qué manera habla, cómo se comporta, cómo es su lenguaje gestual y corporal, y qué aspectos de tensión demuestra para así realizar un diagnóstico e ir trabajando en el cuerpo directamente.
Éstos proporcionan al terapeuta los indicadores para determinar por qué el paciente tiene cierta afección, qué se lo está ocasionando y posteriormente conseguir una solución.
“Todo acontecimiento que se ha vivido desde la gestación, queda grabado en el cuerpo y el ser. En ocasiones ocurre que no somos conscientes de la gran cantidad de recuerdos e información que guardamos, lo que se hace visible, de alguna manera, a través de la energía del cuerpo”, explicó Gallardo.
Según el terapeuta, estos acontecimientos determinan desde nuestra forma de caminar, conducir, responder, reaccionar, hasta las expresiones del rostro. Por ejemplo, algunas personas siempre parecen tristes u otras molestas.
La idea principal de la psicofísica es el manejo energético a través de la estructura muscular, ejercicios de respiración, y sobre todo, destaca Gallardo una frase muy importante en el proceso terapéutico: Darse cuenta.
“Yo voy ayudando a que la persona se de cuenta cómo es que está funcionando y reaccionando, si ha dejado a un lado aspectos de su vida qué debe recuperar, y cuando se de cuenta de eso comenzará a corregir ciertos hábitos de conducta, a retomar su mundo personal, sus sentimientos. Eso ayuda a tomar mejores decisiones en cualquier ámbito de la vida, le empieza a ir mejor, y a estar más en contacto con sus necesidades de afecto. Además le indico tareas para la casa como alguna clase especial de ejercicios”, añade.
Tener un dolor en el cuerpo que no ha podido dilucidar ningún médico o examen, mucho sueño, problemas para relacionarse con el sexo opuesto, o hasta para socializar pueden ser un buen motivo para acudir a la terapia psico-corporal.
Ésta utiliza como elementos para la relajación, además del masaje directo, esencias aromáticas y música, que varían dependiendo de la molestia y el caso que presente el afectado.
Recuperar funciones del cuerpo también puede ser un objetivo para someterse a la terapia. “Hay personas que quieren relajarse y obtener un descanso pero no lo consiguen y no saben por qué. La razón es muy sencilla: su estructura muscular tiene una rigidez crónica, por lo que se necesita trabajar en soltar la musculatura de alguna zona para que logre relajarse”, explica el especialista quien además recomienda por lo menos una hora de terapia semanal. Pueden acudir personas de cualquier edad.
Así pues, la psicofísica resulta una excelente vía a tomar para lograr una vida plena, más pausada, e iniciar un proceso de sanación interior que, progresivamente, se irá manifestando en el bienestar exterior.
Fuente Facetas
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