Las emociones que sientes hablan de tí

emociones, sentidos, estado de ánimo, personalidad, actitud, Reinaldo Dos Santos

Durante el día distintas cosas que nos rodean nos generan sentidos ¿Sabías que eso influye en tus emociones y estado de ánimo? Los olores, sonidos, la luz, entre muchas cosas más tienen un efecto directo a tu comportamiento. Absolutamente todo influye en nuestro estado de animo. Analiza como te vistes cuando estas triste, o que siente cuando amanece y el sol esta gris, o como te sientes cuando ves el sol brillar.

Los olores y los sonidos nos transmiten emociones

Hay olores que pueden trasladarte a lugares, o a situaciones o hasta pensar en determinadas personas. Así también lo logra hacer los sonidos. Tu estado de ánimo en la mañana, los colores en la ropa que te pones, los recuerdos que tienes, cómo te comportas: todo está relacionado con las emociones que sientes.

Cada emoción es buena, aunque parezca que no lo es. Tú eres quien le da el valor negativo o positivo a lo que sientes. Muchas veces no quieres que nadie sepa cómo te sientes, y engañas a las personas con una armadura que te protege de que no te hagan daño.

Cuando ocultas lo que sientes, las personas más allegadas a ti no podrán ayudarte. Y si no pides ayuda mucho menos, aprende a pedir, aunque posiblemente te han enseñado a no pedir nada, es necesario.

¿Te gustaría sentirte bien todos los días?

Tu puedes cambiar un mal estado en bueno, si por ejemplo te sientes triste puedes mejorar ese estado viendo cosas que te gustan apreciando aquellas cosas que día a día ignoras. Escucha música alegre, cambia la actitud ante las situaciones que te tocan vivir. Tú tienes la potestad de decidir como sentirte todos los días.

Hay un cuento de Jorge Bucay que cuenta que en un estanque mágico se encontraron la tristeza y la furia para bañarse en mutua compañía. La furia, que como siempre tenía prisa se bañó muy rápidamente y salió del agua. Tomó sus ropas, pero como no distingue claramente la realidad, no se dio cuenta que no eran las suyas, sino las de la tristeza. Así, cuando esta salió del agua, lentamente y sin conciencia del paso del tiempo, se dio cuenta de que su ropa no estaba y no le quedó más remedio que ponerse lo único que había: el vestido de la furia.

Aunque no es fácil cambiar un estado de ánimo cuando la mente se estanca en revivir momentos, personas o situaciones que entristecen. Mantenerse con fuerza y buscar cambiarlo es clave. A su vez, comprender a los demás es sabiduría y esencial para que sus actitudes contigo no te afecten. En tu mano está decidir cómo quieres que sea tu día. Y recuerda que a ser feliz también se aprende.

Fuente Reinaldo Dos Santos

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