Las Emociones y el Ser: Lo que debemos mejorar

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Los seres humanos, al igual que los animales, en esencia, nacen con la capacidad de experimentar emociones. Cada emoción juega un papel esencial en nuestras vidas y representa algún estado anímico del ser. Según la Piscología, las emociones son reacciones piscofisiológicas que representan modos de adaptación a ciertos estímulos del individuo cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso, o recuerdo importante. Es decir, cada emoción que nosotros, como seres humanos, podemos experimentar, son generadas por nuestro entorno. Como sabemos, somos seres racionales, sociales, espirituales y emocionales. El hecho de respirar nos hace vivir alguna emoción. Desde que nacemos, experimentamos rabia, amor, alegría, tristeza, miedo, entre otros. Somos seres que hemos venido evolucionando y generando de ese modo cambios esenciales e importantes en nuestra forma de ver la vida.

Cuando nos referimos a las emociones, nos referimos a un tumulto de ellas que no logramos entender y mucho menos comprender. Nos enfrentamos a una parte de nuestra esencia que no sabemos manejar y que, por alguna extraña razón termina por generar fuertes inconvenientes con nuestra propia existencia. Somos seres que pensamos pero que también sentimos, por eso debemos saber la importancia de esas emociones en nuestra vida y qué generan, a nivel de energía, cada una de ellas hacías nosotros. Porque todas ellas expresan y alimentan una parte de nuestro ser, que termina viéndose reflejada en nuestro mundo físico y espiritual, haciendo que el rumbo de nuestra propia vida, termine cambiando y generando saltos importantes que no nos esperábamos.

Si bien, estamos en tiempos difíciles en donde la zozobra y la agonía, son las que reinan, entonces debemos saber manejar muy bien todo lo que sucede en el día a día. A veces nos encontramos con realidades, historias, acontecimientos que terminan influenciando nuestros estados anímicos a través de las emociones, llevándonos a confrontar ciertos problemas y cambios que no nos esperábamos, por eso es esencial que tomemos control de ello y comencemos a trabajar en lo que significan: Las emociones y el ser. Esta teoría, en esencia, conecta cada emoción con nuestro ser, llevándonos a entender que, ciertos problemas que vivimos en el día a día tienen un origen en las emociones.

Existen una serie de emociones básicas o fundamentales, estas corresponden a las que mayormente sentimos en el día a día y las que terminan por generar una poderosa influencia en nuestra vida, haciendo que podamos ser mejores o peores personas. Recordemos que una emoción es un acto que altera la atención, hacen subir de rango ciertas conductas guía de respuestas del individuo y activan redes asociativas relevantes en la memoria. Provocando de ese modo que cada parte de nuestro ser se interconecten, a través del cerebro, órgano altamente poderoso que envía las señales o mensajes a cada sistema para que haga su trabajo. De esa manera trabajan las emociones, su comunicado va directamente al cerebro y este genera un mensaje que replica a cada parte de nuestro sistema para que estos se manifiesten de acuerdo a la emoción que recibió previamente. Por esa razón, no podemos decir que las emociones no afectan la salud, porque efectivamente si la afectan.

Es bien sabido que poseemos ciertas emociones que son regla, ya sea por lo repetitivo de ellas en un día habitual de una persona. Entre estas emociones que son básicas encontramos, El Amor, la Rabia, la Alegría, la Tristeza y el Miedo. Consideradas, a nivel espiritual, como las encargadas de generar los cambios sustanciales de nuestra propia existencia y nuestra forma de afrontar y vivir el mundo. Son parte esencial de nuestra conducta como individuos y que definen nuestro comportamiento ante los estímulos que están en el entorno. Ellas se manifiestan de diversas maneras en nuestras vidas no solo al Carácter Innato que adquirimos por la fuerza astrológica en el momento que nacemos, sino por nuestras Experiencias Vividas, que nos ayudan a comprender al otro.

Cada una de ellas constituye un punto esencial en la vida, que nos ayuda y nos guía, dependiendo de la emoción que alimentemos con más fuerza, atraeremos eso a nuestra vida. Recordemos que la Palabra tiene Poder y con ella podemos hacer cualquier cosa. Por eso debemos saber manejar las emociones y sobretodo, la forma en cómo alimentamos cada una de ella porque todo desmedido no sirve ya que podría traer efectos colaterales.

Amor:

Esa emoción que a veces genera alegría, algunas veces rabia, otras veces un poco de miedo y por qué no, algo de tristeza. Quizás sea la emoción más fuerte en esencia y en concepto, porque es la encargada de producir varias emociones que marcan y cambian nuestra propia vida. Por amor somos capaces de hacer cualquier cosa. Y no, no solo existe el amor carnal, hay infinidad de formas en cómo el amor se manifiesta generando así un sentimiento que se ve reflejado cuando estamos enamorados y tenemos algún vinculo indisoluble con alguien que nos ha generado una profunda alegría y que a pesar del tiempo sigue produciendo esas emociones.

Algo importante que debemos tener en cuenta es que aún se estudia si es una emoción o simplemente un sentimiento, pero lo cierto es que es generado por un tumulto de emociones  que a su vez terminan generando una emoción, ¿Quiénes no nos hemos emocionado al amar? El amor a veces es sincero, otras veces esconde cosas, por otro lado a veces te toma de sorpresa pero lo que realmente importante es en esencia lo que él termina por representar en nuestra vida. Es importante que tengamos conocimiento de la forma en cómo lo estamos trabajando en el día a día.

El amor desmedido hacia nosotros mismos puede generar ego.

El amor desmedido hacia otros, genera idolatría y dependencia.

El desamor hacia nosotros mismos puede generar tristeza.

El desamor hacia otro, genera libertad,

El amor equilibrado generar estabilidad, alegría, armonía.

Cuando comprendemos que el amor es una emoción que en esencia debe ser equilibrado por la fuerte forma en cómo se manifiestan, dentro de sí otras emociones, logramos entender que hemos llegado a la estabilidad plena. Amar significa estar en total tranquilidad con todas las partes de tu propio ser y con los que te rodean. Atraemos con él infinidad de cosas positivas que nos ayudan a lograr lo inalcanzable, incluso, nos muestra el camino que lleva a la felicidad plena.

A través del amor generamos cambios importantes en nuestro camino, cuando somos conscientes de que, debemos amar a otros y amarnos a nosotros mismos podemos alcanzar el cambio que buscábamos para nosotros y todos aquellos que nos rodean. Alimentar el amor significa abrir una puerta hacia el éxito y el logro inesperado en donde las fuerzas del cosmos generar importantes cambios que repercuten en nuestra vida.

Rabia:

¿Cuántos de nosotros no hemos sentido rabia? Nadie ha sido inmune a esta emoción. En cualquier momento del día sentimos esta emoción que nos embriaga de impotencia, frustración y dolor a la vez. Es una emoción que genera infinidad de cosas en nuestro camino, por rabia somos capaces de hacer locuras, de decir palabras hirientes, de dañar y de hacer que en nuestra vida las cosas terminen transformándose. La rabia es una emoción que debemos saber manejar, una emoción que tenemos que controlar con muchísimo cuidado, porque la rabia puede generar problemas que van desde el plano físico, espiritual y emocional haciéndonos vulnerables ante cualquier tipo de acontecimiento.

Por esa razón es esencial no alimentar esta emoción, pero de algo que estamos seguros es que, no podemos somatizar y mucho menos tomarnos las cosas de manera muy a pecho, en donde terminemos llenando nuestro corazón de pura rabia y no terminemos expresando y explotando todo lo que nos sucede. Esta emoción nos puede ayudar y preparar para ciertos acontecimientos, ya que nos pone en alerta y nos hace ver las cosas con mucho cuidado. El simple hecho de sentirla no implica que estemos cayendo en un círculo vicioso, lo importante es saber cómo manejarla:

La rabia desmedida puede generar enojo, resentimiento, furia, irritabilidades.

La rabia moderada puede llevarnos a adaptarnos a las circunstancia y a proteger todo lo que es nuestro.

La rabia contenida, puede afectar pecho, brazos y el estómago, por eso es esencial que, cuando sintamos esta emoción, la drenemos de alguna manera, para no caer en un círculo que no nos permita estar sanos. Tenemos que saberla manejar y no alimentarla de manera desproporcionada, porque su lado muy negativo (mayor alimentación) puede ser letal para nosotros mismos, porque nos destruye anímicamente.

Alegría:

Es producto resultante de la unión de muchas cosas. La felicidad, la alegría, el hecho de estar en total armonía se conjuga de una manera subjetiva y a veces poco acertada para todos nosotros. Para muchos el hecho de experimentar alegría solo se logra cuando leemos o dibujamos, mientras que para otro es cuando recibimos un regalo o hacemos algo divertido, o simplemente cuando estamos solos, porque aman la soledad y para ellos no hay mejor alegría – felicidad que estar sin nadie que te moleste. En fin, infinidad de opiniones convergen en este punto, pero lo más importante y lo que debemos tener en cuenta siempre, tiene que ver con que, esta emoción genera en nosotros diversión, euforia, gratificación, nos da una sensación de paz, seguridad, bienestar y tranquilidad que nos ayuda a vivir en el día a día.

La función esencial de esta emoción recae en hacernos productivos, constantes, creativos y a la vez tiene mucho que ver con la forma de la existencia humana. La alegría, la felicidad, son cosas que ansiamos y buscamos de manera constante para nuestra paz y bienestar. Cuando nos sentimos alegres, el cuerpo se activa, nos hace movernos, no nos deja quieto y nos vuelve personar más proactivas.

La alegría desmedida, nos hace hacer cosas maravillosas.

La alegría en pequeñas dosis nos hace vivir en paz con los otros.

Ser una persona alegre implica ser constante, tener buenas acciones, profesar esas acciones y hacer que todo el entorno se manifieste de buena manera hacia nosotros, haciendo que las cosas cambien y mejoren considerablemente. Nos enfrentamos a una emoción, quizás sino, la más buscada por todos, la que deseamos con ansías pero la pregunta esencial está en: ¿Qué hacemos para estimular esta emoción? Es cuestión de tarea para nosotros mismos, tienes que ver que es aquello que te da alegría y paz.

Tristeza:

Es la más complicada, delicada y sobretodo, las más sentida de todos. En lo particular me identifico mucho con ella, ya que por mucho tiempo cuando estaba mucho más joven sufrí de cuadros de depresión que no me dejaban estar en total armonía, pero el tiempo ha pasado, he crecido y he evolucionado. Ella representa en nosotros la pena, la soledad y el pesimismos, cosas que ahora mismo detesto y qué, por todos los medios busco de forma constate ayudar a quienes sienten estas sensaciones para que las acaben por completo.

Cuando sentimos tristeza, nos vemos motivados a una reintegración personal, que nos ayuda a reparar las pérdidas, ella siempre está presente en nuestras vidas. A medida que vamos creciendo, vamos perdiendo parte de nuestra vida y los cambios se suceden de manera progresiva en el trascurso de la existencia. Es una emoción  que es necesaria vivir, pero lo importante no es quedarse anclado a las cosas ya que, de lo contrario estaríamos sometiendo nuestra propia vida a un yugo que es fácil entrar, pero difícil salir.

La tristeza desmedida, nos hace cometer locuras con nuestro cuerpo.

La tristeza controlada, nos genera cambios sustanciales en la vida.

Es necesaria pero no puede ser continua ya que podría terminar en situaciones que no nos permitan vivir en armonía. Ella se ubica en el pecho, específicamente en el corazón, cuando tenemos mucha tristeza acumulada, nos terminamos enfermando, somatizamos todo en el corazón, incluso, nos falta la respiración y sentimos nudos en la garganta que no nos dan tranquilidad. Por ello es esencial que busquemos algo para drenarla, de ese modo evitamos cualquier situación dañina que no nos otorgue paz. La mejor forma para expresarlos es a través del llanto, de la escritura, incluso, de la música.

Miedo:

Todos, en algún momento de nuestras vidas hemos sentido miedo. Este es generado por sensaciones de amenaza, peligro, produce en nosotros ansiedad, incertidumbre, inseguridad. Nos hace participes de una serie de cosas que no nos ayudan a estar en total paz y armonía. Sentimos miedo y comprendemos que somos vulnerables a ciertas situaciones de nuestra vida, incluso, nos vemos inmiscuidos en ciertos acontecimientos que se reflejan en nuestro carácter y acciones.

Es una emoción, cuya principal función es la de generar protección, porque cuando sentimos miedo, es cuando somos más precavidos, más organizados e incluso, más reservados. Gracias a él sabemos cuándo algo es amenazante, enviando el cerebro un mensaje a todo el organismo y este en respuesta, se pone en total alerta. Pero eso sí, debemos tener mucho cuidado con el miedo y saberlo manejar por varias razones.

El miedo desmedido, genera inseguridad.

El miedo desmedido hace que perdamos la fe en nosotros mismos.

El miedo equilibrado genera protección.

Tenemos que entender este juego de emociones como un punto esencial, en donde las fuerzas convergen para generar un importante cambio que nos ayude a entender que necesitamos hacer algo que nos permita encontrar el punto zen. El miedo se manifiesta de diversas maneras, en algunos cosas genera coraje y fortaleza, en otros, inseguridad e inestabilidad, por ello terminamos viviendo en una vorágine de situaciones en donde, si no sabemos manejar las cosas, terminamos enfocados en situaciones realmente tensas.

Así que, muy atentos con la forma en cómo viven sus emociones, cada una de ellas sirve para algo de nuestra vida y nos ayuda a entender ciertas cosas de la existencia y el ser. Pero el seductor deseo desmedido de ellas, podrían llevarnos a vivir momentos de irritación y dolor, por eso es mejor trabajar de manera equilibrada cada una de ellas para así evitar cualquier conflicto que no nos permita conseguir lo que deseamos. Es esencial que veamos cada emoción con cuidado y ver nuestra vida desde afuera para de ese modo poder detectar cuáles son las emociones que más alimentas en el día a día.

¿Cosechas más rabia que amor?

Es esencial que nos hagamos esas preguntas sobre lo que más alimentamos en el día a día, porque dependiendo de la forma en como alimentamos nuestras emociones es como terminamos viviendo nuestras vidas. Las emociones se reflejan en nuestro mundo físico, material, haciendo que, todo lo que sintamos se proyecte como una gran pantalla hacia las personas que nos rodean. Por ello tenemos que saber hacer las cosas. Nadie dijo que sentir alguna emoción fuera fácil, pero lo importante es saber la importancia de cada una de ellas para tu vida. Es decir, a cuál de todas estas le das más importancia.

Una muy linda actividad para que reflexionen es mirarte en el espejo y preguntarte cuales son las emociones que alimentas más y de qué manera las alimentas al hacer eso te darás cuenta que forma parte de tú vida y qué no. Es momento de que seamos mejores y eso lo logramos, cuando empezamos por nosotros mismos.

El viernes 11 de noviembre saldrá mi próximo artículo. ¿De qué te gustaría que habláramos? Déjame un comentario y vamos anotando en una lista.

Fuente Eduardo Luz / Cartas Egipcias

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