Las mujeres y el poder: Desafiando nuestro lugar en el mundo

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Tenemos que reconocerlo: las mujeres no somos muy buenas detentando el poder. Y no es porque tengamos ningún tipo de carencia ni dificultad congénita: simplemente no estamos acostumbradas a tenerlo, y nos falta práctica.

En un mundo patriarcal donde el machismo ha dominado la escena durante miles de años, las mujeres nos hemos ido ganando nuestro lugar milímetro a milímetro en base a sangre, sudor y lágrimas. Demasiada sangre, demasiado sudor y demasiadas lágrimas para mi gusto.

Pero es hora de que las mujeres aprendamos a ejercer y hacer un buen uso del poder. Y aquí tenemos que hacer una distinción entre el poder femenino y las mujeres que utilizan el poder igual que un hombre, como es el caso de Margaret Thatcher, la llamada “dama de hierro”. Eso no es poder femenino; es simplemente hacer lo mismo que hacen los hombres, cosa que hasta ahora ha resultado calamitosa para la humanidad.

Algunos datos inquietantes sobre el poder

Quizás esto te inquiete un poco cuando reflexiones al respecto, pero ¿de qué género son la mayoría de los asesinos, los violadores, los que abusan sexualmente de mujeres y niños, los violentos, los golpeadores, los líderes de empresas codiciosos, los políticos corruptos, los soldados, los narcotraficantes, los hinchas deportivos violentos, los traficantes de personas, los presos en general?

Sí, la conclusión es alarmante: la mayoría de las personas que han cometido atrocidades a través de la historia, y las siguen cometiendo en nuestro mundo hoy en día, son de género masculino. Son hombres.

¿Por qué se comportan así? Bueno, supongo que su inclinación a la violencia en parte es algo genético, está en su naturaleza, porque cuando eran cazadores la necesitaban para sobrevivir. Pero hay otra parte de la ecuación que como mujeres no queremos admitir, y es que ellos se comportan así porque los dejamos. Sí, suena duro, y sé que probablemente piensas que tú no dejaste que ese hombre te usara, o te maltratara, o te golpeara, o te engañara, sino que simplemente pasó y no pudiste hacer nada al respecto porque él es más fuerte. Y te entiendo porque he estado en todas esas situaciones: usada, maltratada, golpeada, engañada, porque me sentía indefensa, vulnerable y débil.

¿Cómo cambiar esto? Así como hemos ido ganando nuestro lugar, un lugar en el que en la mayoría de los países tenemos la oportunidad de ser libres, de no depender de un hombre sino de labrarnos nuestro propio camino, es hora de que empecemos a recuperar el resto de nuestro poder y desafiemos nuestro lugar en el mundo.

La energía del universo conspira para que recuperes tu poder

¿A qué viene todo esto sobre el poder y las mujeres? A que hoy es la oposición entre el Sol en Cáncer y Plutón en Capricornio. Es un evento raro, ya que se da una sola vez al año. Y este año se da con el Sol en Cáncer, uno de los signos más sensibles y vulnerables del zodíaco, en oposición a Plutón, el planeta del poder y la transformación, en Capricornio, el signo del patriarcado y las tradiciones.

Todos los tránsitos se viven a nivel interno y/o a nivel externo. A nivel externo puede manifestarse como un enfrentamiento entre tú y alguien de poder, probablemente un hombre, o una mujer que actúa con energía masculina. Pero si estás más avanzada a nivel de conciencia es probable que no necesites una manifestación externa para trabajar la lección, y esta se traduzca a nivel interno en un enfrentamiento entre lo que realmente quieres, lo que tu alma anhela porque es lo que la hace sentir en casa, cómoda y feliz, y lo que la sociedad espera de ti. Y la sociedad puede ser cualquiera: tus padres, tu pareja, tus hijos, tu jefe.

La presión, física, emocional o psicológica, para que hagas lo que se espera que hagas, será muy fuerte. Pero hay una salida. ¿Recuerdas que más arriba te comenté que Plutón es el planeta del poder y la TRANSFORMACIÓN? Pues bien, ese es el objetivo de esta lección que nos quiere enseñar el universo a las mujeres en este momento: a transformarnos para recuperar nuestro poder.

El mundo necesita desesperadamente nuevos líderes, no como los viejos líderes: corruptos, abusivos, tiranos. Necesita volver al equilibrio original, donde la energía masculina y femenina esté equilibrada. Y para eso tenemos que recuperar nuestro poder.

Sé que luego de leer esto quizás sientas la tentación de ir a “decirle unas cuantas verdades” a ese hombre o esa mujer que te están presentando oposición. Pero esa no es la respuesta. Porque, después de todo, ya tienes el poder. Parece que lo tiene otro, pero no es así: el poder está dentro de ti. Solo tienes que recuperarlo.

Cómo recuperar el poder interno

 

¿Cómo se recupera el poder interior? Poniendo sanos límites a los demás y a nosotras mismas. ¿Tus padres te están pidiendo que sigas una carrera universitaria cuando en realidad quieres ser artista? No es tu deber ni obligación darles el gusto. ¿Tu pareja te está presionando para realizar prácticas sexuales que no te gustan? Tampoco tienes ninguna obligación, ni con él ni con nadie, en este sentido. Es tu cuerpo, te pertenece, y él no tiene derecho a pedirte NADA. ¿Tus hijos te están exigiendo cosas que no puedes comprarles en este momento? Tampoco les debes nada a ellos; ya les hiciste el mejor y mayor regalo que se le puede hacer a alguien: darles la vida. Todo lo demás es un bonus por el que tendrían que estar eternamente agradecidos.

¿Qué pasa si tus padres dejan de hablarte? ¿O tu pareja te deja? ¿O tus hijos se enojan? Hay una frase que me ha servido de mucho para aprender a recuperar mi poder, y es: ESE ES SU PROBLEMA. Si tus padres no te respetan, quizá necesiten estar un tiempo sin hablarse para que recapaciten sobre su actitud; son tus padres, no tus dueños. Si tu pareja no te respeta y decide que quiere irse con otra mujer que haga lo que él quiere, ¡mejor! ¿Quién quiere un hombre así a su lado? En cuanto a tus hijos, lo mejor que puedes enseñarles es a respetarse a sí mismos, especialmente a tus hijas mujeres. Y la única forma en que los padres enseñamos, aunque nos cueste admitirlo, es con el ejemplo.

Y luego estás tú, ¿cómo usas y administras tu poder? ¿Cómo estás administrando tus recursos: tu dinero, tu tiempo y tu energía? ¿Te alimentas de forma saludable, descansas lo suficiente, cuidas y respetas tu cuerpo, y te relacionas con personas que también te cuidan y te respetan? ¿O acaso tiras todo el dinero que ganas con tu duro esfuerzo en compras compulsivas, o en alcohol, o en drogas, o en comida chatarra? ¿O mantienes relaciones con amigos y parejas que no te hacen bien? ¿O tiras tu tiempo por ventana en relaciones tóxicas, televisión basura y cotilleos?

El trabajo de recuperar nuestro poder empieza por nosotras mismas. Porque cuando empezamos a respetarnos y a cuidarnos, de pronto ya no queremos relacionarnos con cosas o personas que nos hacen daño. Y esto incluye a los hombres.

Si las mujeres dejáramos de relacionarnos con hombres dañinos, insensibles, abusadores y violentos, si las mujeres nos alejáramos de ellos como de la peste y no los tocáramos ni con un palo, ¿sabes qué pasaría? Se verían obligados a cambiar. Y así podríamos, en unas pocas generaciones, realmente cambiar el mundo.

Por eso te invito hoy a observarte y descubrir en qué áreas de tu vida tú misma te has estado abusando, maltratando, violentando y engañando. El afuera es solo un espejo de lo que tienes dentro. Si te respetas y te amas, aprenderás a exigir que los demás te traten como mereces. Y eso, querida amiga, es el poder femenino. Un poder que puede cambiar al mundo, y está en tus manos.

Fuente IMujer

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