Los animales te conectan con las energías más altas del Universo

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Los animales son genuinas puertas de conciencia sin explorar. Los animales según Kiel transportan a sus compañeros como dueños, a estados naturales de complacencia y consiguientemente de abundancia. Los animales tienen acceso directo a estados de conciencia y a entidades intensamente pacíficas que el hombre ocasionalmente puede captar en su estado natural. Digno a estas frecuencias, éstos pueden tolerar el actual estado de esclavitud a los que los somete una humanidad no iluminada. El nivel de injusticia hacia los animales es concisamente correspondiente al progreso espiritual de una persona, país o mundo. Cuando esclavizamos a los animales que son el summum de la inocencia, no prorrogaremos en esclavizar y oprimir al hombre mismo. Por el trato a los animales, las naciones progresan o se hunden .El ser humano no es la única conciencia digna en este planeta. La esclavitud o el asesinato de animales son semejante a la práctica de una crueldad extrema. Las personas que lo apoyan o lo aguantan no pueden procurar practicar ningún tipo de yoga, religión o sublimación espiritual. Sólo se mienten a sí mismos. Cada esclavitud o destrucción de la conciencia en cualquier punto es un asalto mismo a la conciencia suprema. Cuando arremetemos a la conciencia, la misma conciencia se auto resguarda aislándonos del camino a la conciencia. Las personas que simpatizan con animales o están rodeados por ellos tienen un nivel de dicha externamente manifestada o no superior al resto. Esta dicha con el tiempo se cristianiza en eso que los humanos llamamos suerte o abundancia.

Los animales domésticos y todos en habitual actúan como legítimos imanes para muchos tipos de frecuencias y entidades provechosas para el hombre. Los animales en usual y los perros y gatos en particular conquistan la dicha, la paz y la abundancia a nuestras casas. Durante mi vida he evidenciado como personas que no paraban de meditar o de rezar nunca consiguieron ningún alivio en sus vidas hasta que realmente se abrieron con algo real, como un perro, a la misericordia universal. La compasión que ofrece la mayor parte de los procedimientos espirituales o de yoga sólo está en tu cabeza y ocasionalmente puede abrir los centros sutiles de agrado dentro de nuestro cuerpo espiritual. A aquellos que han probado todo espiritualmente, yo les sugeriría que se tomarán un ayuno de filosofías mentales, que en muchos casos solo lustran tu propio ego y que acojan a un perro o a un gato si de verdad quieren apreciar algo espiritual en sus vidas. He visto cambiar la cara de muchas personas abatidas por su propia mente con sólo amparar a un perro necesitado. Cuando por primera vez apreciamos que existen seres consientes que erradamente llamamos animales y que son una bendición sobre la Tierra, no dudamos en protegerlos en nuestros hogares. Es en ese momento cuando por primera vez estamos consintiendo a algo parecido a la dicha. Es entonces cuando abandonamos nuestros omnipotentes egos espirituales, materiales o físicos para funcionar por primera vez como cuidadores de una conciencia más inocente.

El contacto con la inocencia es lo único que purga y hace detonar en dicha al corazón.

Muchas personas por ahí no encuentran ningún tipo de práctica espiritual lo suficientemente desarrollada para su ego, por eso no pueden experimentar nada por mucho tiempo a no ser el brillo de su propia mente. Pero si algún día ambicionamos hacer algo práctico en relación con la conciencia, apalearemos que observarla en aquel punto donde sea considerablemente inocente y natural.

Los animales en general y los perros y gatos en exclusivo por estar más asequibles a nosotros son ese punto de observación de la dicha y de un estado iluminado sin necesidad de premio. Están pocas personas adecuadamente humildes en el mundo como para poder observarlas y hacer crecer nuestra propia humildad, pero, los perros, los gatos y todos los animales son ese punto, ese momento, esa educación sin palabras, esa energía de la caridad hacia algo real que de verdad conseguimos preservar desplegando una compasión íntima y no social que es la que realmente ilumina al alma.

De todas las formas no embaucadoras de prosperar espiritualmente, ayudar a proteger la conciencia de alguien inocente al 100% es la forma más rápida de percatarse una iluminación real y cotidiana dentro de cada día de tu vida. Adoptar, liberar a animales en esclavitud o ayudar los gastos de refugio de animales desamparados es uno de los pocos rituales que el hombre actual puede formalizar sin que su ego le dé un diploma a sí mismo. A cambio, los perros y gatos, te trasladarán a unas alturas de humanidad que jamás pensaste posible. Muy al contrario de lo que especulan algunas filosofías orientales u occidentales de que los animales tienen una conciencia dormida, buda, etc, cada una de estas evaluaciones sólo estaban calificando la propia conciencia humana actual que precisa rebajar al resto de la conciencia para lograrse dar algún valor egóico definitivamente ficticio. Con el tiempo uno se va dando cuenta que todo este tipo de calificaciones sólo fue usado para lograr dar licencia para matarlos y abusar libremente de su inocencia.

En las antiguas tradiciones los hombres proporcionaban un papel muy importante e semejante al humano a los animales. Es indiscreto que todas las tradiciones antiguas del mundo concordaran en esto. Los sabios sabían muy intensamente que la conciencia predominaba allí donde había animales Ellos conocían ya que los animales estaban en contacto continuo  con los mundos sutiles en una manera que ni los yogis pueden conservar.

Fuente Ricardo Latouche

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