atardeceres, mensajes, Venezuela, reflexión, Ada Addais, Wicca Reencarnada
Los atardeceres de mi país, Venezuela, se han tornado de múltiples matices. A cada venezolano le llega cada tarde su pedacito de regalo y no queda más que bendecir, el sabio mensaje de la naturaleza, del planeta y del cosmos.
El mensaje esta clarito, no te centres en la escasez impuesta, ni hagas de tu vida una cola, no hagas de un insumo, un templo, ni creas palabras necias. Porque aun en el atardecer, rumbo a la noche, esta la magnificencia de tu espíritu. Cuando todo se oscurece comienzan grandes enseñanzas, eso también se agradece y se deja ir.
Y cuando llueve, no es que llueve, es que se limpia tanta confusión. Cada día mira al cielo, allí encontraras lo que tienes para dar a Venezuela. Te hace recordar que tú, venezolano, todavía no has dado lo que trajiste de la inmensidad. Cuando esperas, desesperas y por eso ves tus días alargarse en el mar de las angustias, reteniendo tu tesoro, creyendo que nada puedes hacer, cuando resulta todo lo contrario. Lo que ves sigue así porque sigues estático. El panorama no es solo la cola en la que te encuentras, ni las cuatro paredes de la prisión impuesta, es azul y multicolor que existe en tu espíritu alegre que florece con el correr de los días. No esperes que tu flor muera porque alguien lo necesita así, porque alguien la pisotea sin compasión. Una vez más, mira el azul con blanco que cubre tu cabeza, dándote protección y pureza que has olvidado, creyendo que todo comienza o termina en un discurso opresor. Mueve tu vida y llénate de Venezuela, para que actúes cónsono a lo que deseas. Sigues aquí, no pierdas la oportunidad de oro, de la historia de tu vida. Esta no es solo política, economía y bla,bla,bla, acuérdate del tiempo en que tu vida tenía otros temas y resuelve tu conflicto interno que es directamente proporcional a lo que vives fuera. Haz como el amanecer y el atardecer, aun en medio de los aconteceres del día y la oscuridad de la noche, se pintan con sus mejores colores y salen a triunfar, a maravillar, a vivir.
Fuente Ada Addais / Wicca Reencarnada
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