Los cuerpos del ser

Crees que eres un ente que vive en un solo cuerpo poseedor de un alma pero no es así, la realidad es que vives en 7 cuerpos, de los siete, tres son Cuerpos Espirituales Superiores y cuatro son Cuerpos Materiales Inferiores.

Tu cuerpo más bajo y denso es el conocido Cuerpo Físico, el que es tangible y sigue las reglas del reino animal aunque pertenezcamos al reino humano ya que somos pensantes, éste cuerpo tiene sus necesidades y hay que cubrirlas con amor alimentándolo, aseándolo, cuidándolo para mantenerlo saludable.

El segundo es el Cuerpo Mental Inferior y es un cuerpo amarillo, redondo, liviano y está en estado gaseoso. Es el campo receptor de las emociones y percepciones de tus sentidos físicos, en algunas religiones lo ilustran como un halo alrededor de la cabeza sobre todo de un santo. Cuando entras en el Gran Silencio y acallas todos tus sentidos físicos (meditación), se perciben los mensajes del Yo Superior (Inspiración del Alto) y se conciben grandes ideas. Cuando te pones en comunicación con tu yo superior para resolver problemas, tomar decisiones, etc, entonces te guía tu Yo Soy y no te podrás equivocar en tus decisiones pero si te dejas guiar por lo que tu mente carnal te indica, es probable que erres debido a que ésta se basa en las apariencias que perciben tus sentidos físicos.

El tercero se llama Cuerpo Emocional y es el más amplio de los cuerpos sutiles, es gaseoso y rodea al cuerpo físico y su color depende de las emociones que tengas. Por eso es tan importante aprender a cuidar nuestras emociones ya que ellas afectan directamente al cuerpo físico, es decir que la mente hace vibrar al cuerpo emocional según sus pensamientos y éste, de acuerdo a lo que siente, hace funcionar al cuerpo físico. ¿Te das cuenta de lo que nos provocamos y también de la capacidad de curación a nuestro alcance?

El cuarto y último cuerpo material inferior es conocido como el Cuerpo Etérico y está hecho de una sutil materia que rodea y penetra el cuerpo físico, y lo reproduce exactamente por lo que es conocido como doble etérico, copia física y su función es almacenar las experiencias, conocimientos y formar la personalidad y es muy sensible a ataques físicos y psíquicos. Se une al cuerpo físico por medio de lo que conocemos como Cordón de Plata, y se separan sin desprenderse el uno del otro mientras dormimos o meditamos, fenómeno conocido como Viaje Astral y cuando la persona está muy armonizada en el campo espiritual también puede desprenderse, fenómeno conocido como Bi-locación por ejemplo San Martin de Porres quien era visto curando y asistiendo en hospitales mientras se encontraba físicamente orando en su celda.

El quinto cuerpo se llama Cuerpo Mental Superior cuyo asistente está en el tercer ojo y es el cuerpo-puente que comunica todos los cuerpos del ser. Es redondo y compacto, de color azul eléctrico y se le representa en el aura humana. Su inteligencia tiene acceso a todo lo existente en el planeta y a todas nuestras vidas ya que es el “súper consciente”.

El sexto es el Cuerpo Causal, tiene forma de huevo y se sitúa delante de la frente, se le percibe con tonos pastel y se asocia con actividades superiores como las de la séptima dimensión. Cuando el desarrollo y conocimiento interior del humano alcanza el nivel de vibración de éste cuerpo, se dice que se ha fundido con su ser Crístico y es nuestro ser perfecto, la expresión individual a través de la esencia.

El último de nuestros cuerpos es el llamado Cuerpo Electrónico y se sitúa aproximadamente a nueve metros sobre la cabeza, es cilíndrico y envuelve a los demás cuerpos, es el nivel más refinado de Luz y se puede ver como hilos de oro y plata y es el estado que podemos alcanzar al soñar o meditar y es conocido como Samadhi sin Semilla ya que al no existir la perspectiva de donde observar la realidad, se está en el estado puro del Ser.

Ahora que conocemos un poco más sobre nuestros siete cuerpos y su función, debemos ser más conscientes de los daños que nos causamos a nosotros mismos y actuar con responsabilidad en nuestro camino de ascensión.

Llegaremos a ser aquello en lo que meditamos…

Fuente Reinaldo Dos Santos

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