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Mayoría de encarnados en la Tierra son «ángeles caídos» buscando recuperar «sus alas»

¿Quiénes eran los ángeles caídos? es una pregunta recurrente en los medios de investigación de las antiguas escrituras.

Los seres de Alfa Centauri (Orión) corroboran a través de sus libros canalizados, el origen de estos «ángeles» y el comportamiento que han tenido en el planeta Tierra.

Ellos dicen -sencillamente- que los ángeles somos los actuales habitantes del planeta (en su mayoría), a través de diversas generaciones.

Explican en el libro «El Ser Uno: los Arcanos de Thoth«, que hace alrededor de 600 millones de años un grupo de colonizadores (Ayaplianos) vino de varias estrellas (4 planetas específicamente) hacia la Tierra en un proceso de colonización que se llevaba en conjunto con la Confederación de Planetas.

Debido a fallas gravitacionales, entre otras razones, el grupo de viajeros que andaba por la superficie de la Tierra resultó contaminado, mientras otro grupo logró salvarse yendo a cavernas internas de cuarzo, y otros (alrededor de 80) permanecieron en la nave espacial donde llegaron.

Por las fallas gravitacionales y la herencia que traía la Tierra de otro antiguo planeta llamado Satien, los habitantes de superficie sufrieron serias mutaciones, por lo que se activaron diversos mecanismos para lograr la recuperación de estos exploradores.

Cabe señalar, que el planeta Tierra en ese momento ya tenía incorporado el reino vegetal y animal, por lo que parte de las mutaciones tuvieron que ver con comer algunos alimentos prohibidos (ejemplo carne de animales) y por el contacto con la densidad del planeta.

Al ser interrogados sobre si la forma-hombre proviene de los simios, los Centurianos explicaron que esto no es así.

 

El Hombre Original

Indicaron que la fórmula original de la forma-hombre apunta a un ser de tamaño más grande al actual, contextura más delgada. Sin uñas, ni pelos, ni dientes, ni intestinos. Sólo tiene boca, esófago y estómago; mientras que la eliminación es solo a través de la orina. Sus sistemas circulatorios, respiratorios, óseo y muscular son muy sutiles.

El cuerpo hombre de la Tierra no necesitaba mucho alimento, estaba programado para alimentarse exclusivamente del reino vegetal.

Tras los procesos de distorsión que sufrieron los llamados «ángeles» (colonizadores) las jerarquías superiores debieron intervenir para realizar ajustes en el modelo de encarnación, colocando varios sistemas de filtros: completando el sistema digestivo, intestinos y la defecación, así como el hígado y los riñones.

Los Centurianos dijeron que esta fue la forma que consiguieron para ir rescatando a los «caídos», mejorando el envase del hombre que vive en los mundos primarios y de materia densa.

Al mismo tiempo, dijeron que ellos ya se habían dado cuenta que la energía sutil se iba condensando mientras bajaba a la densidad, por lo que necesitaban un envase-cuerpo que les ayudara a subsistir.

 

¿Por interactuar con animales…?

Retomemos el tema de la alimentación inadecuada que tuvieron algunos de los pobladores de la superficie de la Tierra.

En este punto es donde los Centurianos dijeron que la interacción con algunos animales provocó la bestialización de los colonizadores, y consecuentes anomalías en sus descendientes. Surgió la aparición de dientes, uñas y pelos. Sus pieles se oscurecieron, sus sentidos se atrofiaron, su sangre se espesó y su cerebro se volvió lento.

Los Centurianos apuntaron que nunca la energía forma-hombre fue realizada a imagen de los animales, siempre fue una energía especial.

Indicaron que la distorsión del modelo hombre se produjo solo en 7 planetas, ubicados en una faja oblícua de la Dimensión Primaria.

Señalaron los seres de la estrella Alfa Centauri, que debido a la distorsión o mutación de los colonizadores en la Tierra, se vieron en igualdad de condiciones con la especie de los monos.

Sin embargo, por la actuación de las jerarquías superiores el formato del hombre siguió su evolución, mientras los monos quedaron rezagados…

Con todas estas explicaciones, los Ayaplianos señalaron que el modelo hombre no es propio de la Tierra, sino que viene de otras estrellas. Los habitantes actuales en su mayoría son linaje de los antiguos colonos.

Indicaron que fue un horror para los seres antiguos tener que encarnar en seres simiescos. «Fue el infierno«, apuntaron los Centurianos, al indicar que esta fue la verdadera caída los ángeles, quienes perdieron «su paraíso».

Añadieron que por todo esto, puede decirse que los actuales habitantes son los ángeles del universo (los hijos pródigos que deben regresar al Padre) que están despertando y tratando de recordar su origen y «recuperar sus alas«.

 

Cuando los colonos llegaron a TERA

Los Ayaplianos recordaron que durante el proceso de colonización de la Tierra (que para ellos se llama TERA) vinieron los viajeros en grandes naves y cada grupo -según el planeta de origen- se ubicó en distintos lugares de Tera.

La idea de estos grupos era estudiar el planeta y contaban con el permiso de la Confederación Cósmica. Este organismo sabía que existían 7 globos con problemas, tras la explosión de otra estrella que se llamó Satién.

Cuando los colonos tuvieron cambios en sus patrones energéticos y sus hijos nacían con problemas, la Confederación habría dado la orden de iniciar una Cuarentena.

Según la enfermedad que reportaban, los cuerpos de estas personas se deformaban y comenzaban a tener problemas de memoria. Dicha distorsión dependía del lugar del planeta donde se encontraban los pobladores. En lugares cálidos la mutación era mayor, mientras que en lugares fríos, la enfermedad se retardaba de alguna manera.

Al perder el conocimiento de su origen, los Ayaplianos dijeron que los habitantes comenzaron a comportarse como los animales y a imitarlos e incluso a alimentarse de ellos. Lo más grave fue que también habrían llegado a procesos de canibalismo.

Aquellos que vivían en montañas al ver la situación, decidieron esconderse en las cavernas intraterrenas para «no respirar la contaminación«.

Los Centurianos dijeron que aquellos que se fueron a la parte intraterrena formaron ciudades que hasta hoy en día existen y esos seres se convirtieron en los Guardianes de TERA.

Añadieron que estos guardianes no pueden salir a la superficie, pues se contaminarían con el oxígeno de la parte superior. No obstante, sus descendientes han logrado elevarse y trascender el planeta. Utilizando los polos para poder navegar hacia el cosmo, donde interactúan con la Confederación de Planetas.

Al parecer la Confederación evaluó que en la distorsión de la Tierra influyeron varios aspectos: el medio ambiente, la herencia, la gravedad, la faja oblícua -y principalmente- la herencia de los elementos negativos que -tras la explosión en el Ser Uno- se habían disparado a lejanas distancia quedando como dormidos, pero que posteriormente se despertaron y comenzarón a encarnar en los cuerpos de los Colonos, quienes sin saber los albergaban en sus cerebros.

 

El momento de la recuperación

Los Ayaplianos dijeron que el proceso de despertar de la conciencia es ayudada por la Alineación de planetas que está ocurriendo en el universo desde el año 2014.

«Es el momento de formar los triángulos«, dijeron.

Indicaron que por todas partes se escuchará la voz del Conocimiento, pues «es la época de la cosecha«. Los que no estén maduros se dejarán hasta la próxima alineación…

Señalaron que El Uno está pasando de ser un joven maduro a convertirse en un adulto maduro. Y ya que el micro-cosmo es igual al macro-cosmo, la alineación del universo también ocurrirá a nivel cerebral de las personas. Esto se conocería en algunos grupos como la «Era de Acuario«.

Los Centurianos dijeron que quienes logren elevarse durante el proceso del despertar serán contactados y llevados a vivir a las ciudades internas. Este grupo pasará a formar parte de los Guardianes de la Tierra, y aquellos que tenían esa función, entonces podrán trascender a otro planeta o dimensión.

 

@red_esoterica

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