meditación, relajación, respiración, energías, feng shui
En ocasiones las mejores ideas nacen cuando se está profundamente relajado y no se piensa en nada. Eso ocurre porque en esos momentos estás más abierto al chi externo, que te proporciona la clase de inspiración que te parecía imposible alcanzar. Se trata de atraer la creatividad del exterior en vez de buscarla en el interior.
¿Qué hacer?
1.- El objetivo es realizar respiraciones completas. Túmbate boca arriba y coloca la mano sobre el ombligo. Al inspirar expande el abdomen de modo que empujes la mano hacia arriba. Practica el movimiento hasta que respires con naturalidad por el abdomen.
2.- Llena el abdomen de aire y asciende hacia el pecho. Saca todo el aire del cuerpo al exhalar.
3.- Respira hondo y rápidamente en dos segundos, mantén la respiración un segundo y luego exhala por completo en ocho segundos. Repite el proceso varias veces hasta que te hayas vigorizado. Tal vez te marees al principio, por lo que es recomendable que lo hagas sentado o arrodillado. Si te sigues mareando, para.
4.- Encuentra un ritmo agradable. Al inhalar imagina que inspiras el chi que te rodea; imagina que inspiras un color, un sonido, una sensación y visualiza tu abdomen y pecho tornándose de ese color, sonido o sensación.
5.- Al exhalar imagina que el aire que expulsas llena el espacio que te rodea. Comienza llenando un espacio pequeño y poco a poco auméntalo hasta llenar todo el universo con cada exhalación.
6.- Coloca una vela encendida delante de ti y contémplala mientras meditas. Concéntrate en la respiración y la sensación que te produce en la nariz, la boca, la garganta y los pulmones. En cuanto te hayas concentrado por completo en la respiración podrás asimilar el chi y las ideas.
Fuente Alfonso León / Estampas
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