Para el universo «la intelectualidad» es una anomalía

«Los Ayaplianos» (extraterrestres de Alfa Centauri) han desplegado interesantes conceptos psicológicos en sus libros conocidos como la serie: El Ser Uno.

En una de sus páginas, explican cómo «seres superiores» -ubicados en niveles superiores a los humanos de la superficie de la Tierra- pueden tener emociones negativas: tales como el egoismo o la indiferencia.

Los Centurianos explican que este fenómeno representa a seres superiores, quienes sufren de «intelectualidad«.

Para ellos tener «intelectualidad» es como tener una especie de enfermedad; es no percibir el entorno. Es estar solo… inmerso en uno mismo.

Los Centauri dijeron que en el universo «la intelectualidad» es una anomalía.

Cuando la intelectualidad se apodera de una mente: tiende a someter a sus «hijos-pensamientos» y pretende que ellos sólo trabajen para la inteligencia

En otras palabras: los Centurianos dicen que si la inteligencia es acompañada por otras cualidades está bien, pero que si trabaja sola: crea muchas distorsiones y complicaciones innecesarias.

Si la inteligencia actúa sola y no comparte su cúmulo de conocimientos, entonces los resultados son nefastos, pues no se produce la creación de nuevas ideas.

De esta manera, los «intelectuales» ubicados en niveles superiores, suelen ignorar a los seres ubicados en niveles inferiores.

 

Rigidez comparable a un sistema informático

Digamos que a nivel cuántico: una mente solo alimentada por la inteligencia, termina creando conceptos muy rígidos, comparable al mundo electrónico o informático.

Son seres que pierden la facultad del discernimiento y se alejan de su Fuente, creyéndose entonces Omnipotentes.

Esto ocasiona entonces: vanidad y soberbia en el ser. Pero también significa una mente estancada y sin crecimiento, lo que anula su creatividad.

Los Centurianos dijeron que para contrarrestar esto: hay que aplicar lo opuesto a la inteligencia: es decir, ideas de humildad y restricción (ecuanimidad).

Aunque reconocen que la inteligencia es una parte muy importante de la mente y se caracteriza por proveer rapidez en el pensar, señalan que dejarla actuar sola: implica una mente rígida y dirigida al camino del aniquilamiento.

 

El Ser Uno o «Dios»

Indicaron que el Ser que nos alberga en su mente (podríamos darle el concepto de Dios) tiene esta anomalía:  intelectualidad y omnipotencia. Esto significa que este ser generó inflexibilidad y rigidez en sus pensamientos.

No obstante, los Centurianos dijeron que nosotros (sus hijos pensamientos) podríamos ayudarle a este ser, enseñándole flexibilidad, ya que somos el mundo interior de dicho ser (Dios).

Apuntaron que nada es perfecto en el universo, siempre aparecen fallas, que luego son rectificadas y trabajadas.

Ya que según los Centurianos, vivimos como «hijos-pensamientos» en el subconciente del Uno, señalan que nosotros podemos ayudarle, comunicándonos con él, y siendo su voz interior.

Paradójicamente los Ayaplianos sostienen, que al estar los humanos ubicados en la Tierra 3D, no sabemos todo este conocimiento y por lo tanto, no establecemos comunicación con el ser superior (Dios). Solemos rezarle o rogarle, pero mientras estemos en el subconciente de él, ese ser tampoco nos conoce ni escucha.

Dijeron los Centurianos, que una vez que salimos de la densidad, es que podemos establecer esta peculiar comunicación: que en otras palabras significa pasar a la mente-conciente de Dios.

Explican que una forma de detener la enfermedad de intelectualidad es encarnar en la densidad, cuyos niveles inferiores están invertidos.

De manera que los hijos intelectuales y omnipotentes al pasar a la densidad invertida, experimentarían la humildad y la restricción (aparentemente un método opuesto de control o curación).

Para que estos métodos tengan resultado, los Centurianos dijeron que las experiencias vividas deben ser grabadas. Y para ello, al parecer, emplean el avatar-hombre para realizar estos procesos de «grabación«.

Mucho más allá de esto, los Ayaplianos dijeron que esto explica por qué seres positivos -ubicados en niveles superiores- deben encarnar y vivir la densidad.

Y por qué de haber estado como positivos-invertidos, terminaron siendo negativos (al crear su materia o realidad inferior).

Ellos indicaron que por el proceso de inversión: se creó una mente paralela negativa, pero que ésta era necesaria para mantener el equilibrio. Sostienen que las fuerzas antagónicas son las que mantienen al Ser Uno.

 

Intelectualidad dividió el cerebro en dos hemisferios

Sin embargo, algo más ocurrió en esta historia. Los Centurianos dijeron que el negativo-universal se distorsionó, por diferentes motivos, y pasó entonces a ser un negativo-enfermo.

Cuandos los seres enfermos intelectualizaban el conocimiento, su mente se dividió en dos hemisferios: izquierdo y derecho.

No solamente esto: sino que el Ser Uno clasificó «a sus hijos-pensamientos enfermos» como Adversos, radicales y contrarios a los parámetros de positividad que tiene el universo.

Y aquellos que sí se ajustaban a las normas, los clasificó como Alearios. Los primeros se quedaron en el ámbito de la creación, y los segundos en el área de la creatividad.

Estas explicaciones van definiendo dónde se encuentran actualmente los «hijos-pensamientos» adversos o enfermos: en el lado izquierdo y en el nivel inferior de la mente universal, colocados en una especie de «cuarentena«.

Hay más según estos Ayaplianos (guardianes de la Tierra): los enfermos habrían sido colocados en el sistema digestivo del Ser Uno (o Dios) en las zonas inferiores 3,2,1.

Allí estarían siendo vigilados por las Dimensiones Superiores, quienes no los dejarían salir hasta que no estén totalmente «curados».

 

To be continue…

 

@red_esoterica

 

 

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