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La astrología es un conocimiento que tiene cada vez más estudiantes y seguidores. Sus orígenes, los detractores, la mala praxis y las voces que la defienden luego de haber pasado por la experiencia.
Astrología por todos lados y a toda hora. En los canales de tv, en las redes sociales y las conversaciones cotidianas. Lejos de extinguirse, este antiguo conocimiento cobró un impulso renovado a partir de los años ’80 y sigue en crecimiento. Se multiplican escuelas, talleres, grupos de estudio y comunidades virtuales. Hacerse la carta natal es cada vez más habitual, y las revistas de horóscopos aumentan sus ventas cada año.
Orígenes
La astrología es un sistema de conocimiento muy antiguo que data sus orígenes en la Mesopotamia -alrededor de los años 3000 AC-, de la mano de los Sumerios, quienes fueron los primeros en escribir y describir los movimientos de los planetas en el zodíaco, con las constelaciones tal como las conocemos hasta el presente.
Las más antiguas tablas de arcilla que se conocen con datos precisos del movimiento de los planetas en sus signos astrológicos, incluyendo interpretaciones clásicas de los siete planetas visibles, datan del 2340 AC. Muchas de estas tablillas escritas en idioma cuneiforme todavía están siendo traducidas en el Museo Británico de Londres. Me encanta pensar que en nuestra actual civilización, el primer idioma escrito del que se tenga conocimiento es el Sumerio, una sociedad hipercompleja que sentó las bases estructurales de la sociedad actual y que desde el principio miró el cielo y lo interpretó.
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En este origen, tanto astronomía como astrología y religión estaban unidas y representaban una misma cosa: la humanidad en vínculo constante con la naturaleza que la rodeaba. De esa manera, esta civilización sincronizaba absolutamente la vida cotidiana con el movimiento de las estrellas.
Con el transcurrir de los milenios, la relación entre estas tres fuerzas (ciencia, astrología y religión) se fue poniendo tensa y a pesar de que las religiones actualmente siguen utilizando la información astrológica para armar su agenda ritual anual, esto no es algo que se ponga en conocimiento de la sociedad. Nadie dice: «la Luna llena está en Aries, por eso festejamos Pascua». Nadie te cuenta que en el año 1000 un Papa escribió un libro de astrología. Todo parece ser un tema tabú todavía influenciado por muchos años de oscurantismo.
La astrología no es algo nuevo, no es en absoluto algo que se haya creado últimamente, ni es una práctica experimental.
Clases de astrología.Foto: García Adrasti.
Astrología para todos y todas
A partir de los ’90 y gracias a la ayuda de software especializados, levantar una carta natal fue extremadamente sencillo y puso a la astrología al alcance de todos. Esto trajo un enorme empuje que llevó a que, en los últimos años, esta forma de ver el mundo se popularizara in extremis. Además, el uso de estas herramientas generó una amplitud en la comprensión, facilitó y enfocó la investigación aún más y abrió a la formación de diferentes corrientes dentro de la astrología (incluyendo especializaciones muy particulares). Paralelamente a esto, se abrieron más escuelas en Buenos Aires y sus alrededores.
Astrología y predicción
La astrología tiene dentro de su código interpretativo todas las posibilidades de existencia humana y al tener los planetas un movimiento mecánico y completamente predecible, se puede leer el código lineal en distintas direcciones, hacia al pasado y hacia el futuro, hacia adentro y hacia afuera. Se alinea con el axioma hermético “como es arriba es abajo”. Los seres humanos seríamos una condensación del tiempo, de un momento energético. La lectura, desde esta perspectiva, es organicista (el Universo es un organismo vivo) y no mecanicista (un sistema muerto sin un propósito).
Esa dinámica es la que permite leer el futuro, predecir las oportunidades de desarrollo que va a tener una persona en su vida, en su año o en ese día. Tomarlas o no ya es una cuestión personal, cada uno puede utilizar los vientos que proponen los planetas o dejarlos pasar.
¿Por qué creemos en los horóscopos?
Todo el mundo lee «el horóscopo de la semana» a pesar de que es la oferta astrológica más inexacta que existe, y esto es por una cuestión matemática. El horóscopo de los diarios y revistas así como los conocemos hoy en día solo puede acercarle una verdad al 30% de los nativos de cada signo, irremediablemente el resto se queda afuera de la predicción, y aun así leemos el horóscopo con curiosidad. ¿Por qué? Porque el tránsito de un planeta afecta a ciertos grados (días) de nacimiento, no a todo el espectro de un signo. Además, los horóscopos se basan en el signo solar de una persona, una mínima porción de todo lo que abarca una carta natal.
La luna de noviembre, un portal hacia la energía universal. Foto: Istock
Pero todo cambia cuando lo que buscamos es leer nuestro mapa natal.
Cabe pensar que cuando experimentas la astrología crees en ella. Si no te acercaste a ver de qué se trata, si no te leyeron tu carta natal, dudás. Cuando conocés el sistema te sorprendes y te enamorás.
¿Cómo soy? ¿Qué vine a hacer? ¿Por qué estoy así? Ahí la astrología tiene respuestas, te trae tu manual de usuario. Tu mapa natal dice todo sobre vos y te permite ahorrar años de terapia (por buena que sea). Por eso, la primera habilidad de la astrología es el autoconocimiento; la segunda, la predicción.
¿Existe la mala praxis en astrología?
Hay dos maneras en las que puede existir una mala praxis: una lectura podría ser errónea si los datos natales de la persona están equivocados o confundidos.
La segunda razón es que el astrólogo no tenga una formación completa y no pueda hacer una interpretación cabal. En este caso y más allá de la mirada particular que utilice según la corriente que siga, tenemos un problema de formación o de profesionalidad. Pero por pobre que sea la interpretación, siempre hay un mensaje. Está bueno confiar en la sincronicidad del universo creativo: por alguna razón fuimos a contactar con ese astrólogo en particular.
5 razones para creer (y probar)
1. La astrología es tan extraordinaria que 5000 años después de creada aún nos sorprende con su coherencia y nos desafía a encontrar cuáles son las leyes que la rigen.
2. La buena astrología es inclusiva: todos los signos son buenos aunque tienen sus vicios, todos son necesarios y tienen un lugar en la comunidad, todos los planetas, sus mitos y símbolos son útiles.
3. No hay cartas natales buenas o malas, hay oportunidades de desarrollo. Siempre veo una persona que está ocupándose de hacer lo mejor que puede con la energía que tiene.
4. La dimensión astrológica te ubica en un lugar espacial con enormes perspectivas. Te permite conocerte y comprender mejor el entorno. Los sucesos de destino que te atraviesan no están aislados de tu propia energía (concepto jungiano de “sincronicidad”).
5. La astrología irremediablemente funcionará aunque no creas en ella.
Horóscopo.
Experiencias, ¿por qué creo?
“Porque observo que funciona en la realidad. Porque me ayuda a entender a las personas y las relaciones. Porque me parece que todo está conectado. Porque me apasiona y es hermosa.” (Alina)
«Desde niña me interesó mucho, siempre había alguien hablándome de signos. Mi acercamiento inicial fue para desmitificar dichos populares, sobre todo mi madre que solía decirme que mi signo era el «peor» de todos. Como me gusta mucho investigar y refutar, hace ya más de 20 años comencé a leer y a profundizar lentamente. Fue el Sr. Jung quien me hizo darle más validez desde lo racional, la considero una de las herramientas más interesantes para el trabajo del autoconocimiento. Vuelvo a Jung y el inconsciente colectivo y sus infalibles arquetipos.» (Giselle)
«No creo: la pongo a prueba todo el tiempo, y nunca me falló.» (John)
“Porque describe con gran precisión cómo nos ecualiza el cosmos al nacer en determinada fecha. Lo compruebo observando a la gente que conozco.” (Hernán)
“Porque creo que somos un engranaje en el universo y estamos inter-relacionados con todo lo que lo conforma. Nuestro lugar y nuestro tiempo en esta existencia tienen una razón y una misión.” (Julia)
«Porque me hace bien, me orienta, me ubica, es una herramienta que creo certera al momento de trazar el mapa desde que nacemos.» (Maribel)
«En mi juventud pensaba que la astrología era una superstición, pero dije “vamos a ver”. Fui a la astróloga porque tenía que resolver unos temas. Ni bien me senté enseguida me interpeló, me dijo que no debía estar trabajando de lo que trabajaba en ese momento (hacía prensa), me enojé mucho y agarré la cartera para irme. En ese momento me empezó a decir cosas de mi pasado, cosas que nadie sabía porque no se las había contado a nadie. Me volví a sentar, dejé la cartera y la escuché. Fue la primera que me alguien me habló sobre la espiritualidad femenina (algo de lo que ahora trabajo). Fue impresionante, yo sentí que ella sabía más de mí que yo misma.»
Fuente Entre Mujeres
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