Chi, canalizarlo, nuestras casas, energía
Cuando uno analiza una casa o local con Feng-Shui, debe imaginárselos como si fueran un cuerpo humano. Las puertas y las ventanas son la boca y los ojos que permiten la correcta entrada del Chi o energía vital, los pasillos y corredores son las venas y las arterias que lo conducen de una habitación a otra, las puertas interiores, las escaleras y los corredores lo bombean a través de la casa, y los muebles, las plantas y demás objetos decorativos lo conducen a través de las habitaciones.
Como condición primordial la energía necesita espacios ordenados y despejados para fluir libremente y en forma controlada. El Chi no se mueve al azar dentro de un inmueble, sino de una manera determinada. El Chi se mueve de una forma muy parecida al aire que circula a nuestro alrededor; su fluir y la dirección que tome depende de los objetos y las formas que encuentre en su camino.
La circulación del Chi debe ser suave, ni demasiado rápida ni demasiado lenta como para estancarse. A través de las normas básicas del Feng-Shui uno puede ordenar los espacios, de modo que el Chi fluya con armonía y aporte equilibrio. Hay que aprovechar al máximo el flujo de energía o corriente Chi que entra a la casa, de modo que si fluye armónicamente nutrirá los espacios y a sus moradores, si se precipita o desequilibra perjudicará a los residentes generando nerviosismo e intranquilidad. Del mismo modo si se estanca o es demasiado lenta robará la vitalidad, perjudicará la salud de sus moradores y surgirán problemas en la vida cotidiana o en las perspectivas a largo plazo de quienes vivan allí.
El Chi no lo podemos detener, pero sí conducir. En el caso de pasillos muy largos, se generan líneas rectas, donde la energía fluye rápido y precipitadamente. Esto hace que haya mucha tensión y desequilibrio en el espacio. Las alineaciones de puertas y ventanas en un pasillo son muy perjudiciales, porque el Chi va muy rápido de una parte a otra y no sólo forma una flecha que afecta a la salud de los residentes sino que también a las relaciones familiares. Ya que el Chi va muy rápido, aleja las posibilidades de obtener dinero y nuevas oportunidades.
Las líneas de aceleración de Chi dispersan la vitalidad de los ambientes impidiendo que se energicen adecuadamente las habitaciones y que haya una nutrición equilibrada en general en la casa. Para solucionar esto es necesario colocar elementos decorativos como plantas, jarrones, cuadros, mesas y sillas si el espacio lo permite, en orden de ir canalizando y guiando la energía de una forma más lenta y ordenada, ya que cada elemento ayuda a normalizar el flujo de energía.
Otro problema muy común es encontrar casas o locales donde se genera otra línea recta causada por la puerta de entrada que al abrirla se encuentra de frente con un gran ventanal. Esto es muy perjudicial, ya que el mensaje que se recibe es que la energía entra por la puerta y sale por el ventana. Así, las oportunidades y buena fortuna que puedan tener los moradores de esas casas se diluyen por el ventanal. Para solucionarlo se recomienda colocar plantas por dentro y fuera del ventanal si el espacio lo permite, como también un elemento que corte la visibilidad hacia el otro lado de la ventana como una cortina transparente o un roller de color blanco o crema que permite la entrada de luz, todo esto ayudará a que la energía no se “escape” por la ventana.
Es vital detectar los flujos de Chi, en orden a organizar bien los espacios a modo de hacer que la energía se mueva de forma suave y uniforme para que ayude a la relajación, a la armonía y al bienestar en general.
Fuente Guioteca
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