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Al hablar respecto al Feng Shui se hace necesario exponer algunos elementos o «tecnicismos» que se utilizan cuando nos referimos a este arte milenario.
La palabra «chi» va a ser recurrente que la encuentre en árticulos posteriores o en otros similares que traten el tema. Es por este motivo que es importante referirnos a él.
El estudio de la energía chi- sutil flujo de corrientes electromagnéticas que recorren el universo- corresponde a una de las aristas teóricas más importantes dentro del Feng Shui. Es probable que en caso que este concepto no le sea reconocible a primera vista, es seguro que lo ha oído alguna vez, ya que tiene distintos nombres de acuerdo al país: en China se llama chi; en Japón se denomina ki, y en la India prana. Es cierto que aquí, en Occidente no existe una palabra que pueda representar de forma precisa que es, sin embargo su existencia se refleja en expresiones cotidianas como, «buenas vibras», «buen ambiente» o «fuerza vital».
El chi se encuentra en todas partes, no se limita únicamente a cuerpos vivos. El chi está presente en el cuerpo humano, las plantas y los edificios, pero parte de él fluye hacia el exterior o proviene de fuerzas externas. A través de él estamos conectados con nuestro entorno y con todo el universo.
La base del Feng Shui es el flujo de energía – el chi- y su objetivo es aprovechar este flujo natural de energía para la realización de nuestras metas y sueños. En la naturaleza, el chi se traslada por el agua, el viento, la energía del sol, la luz y el sonido. A demás, fluye al interior y exterior de las edificaciones, sobre todo a través de las puertas y ventanas, también puede traspasar paredes. Es por esto que la energía que recibimos del entorno afecta nuestro estado de ánimo, las emociones, y la larga, la salud.
El chi en nuestra casa: Las construcciones edificadas alteran el flujo del chi que se desplaza a través de puertas y ventanas. Por otro lado, la orientación del edificio con respectos al sol y los planetas determina el tipo de energía que fluye en nuestra casa. A continuación se mencionarán algunos aspectos que es mejor tener cuidado para que el chi no se vuelva negativo y afecte a los que viven en la casa:
- Chi negativo: Lo generan algunos materiales de construcción y decoración como por ejemplo; las fibras sintéticas, luz artificial y aire acondicionado. Pueden producir fatiga física y mental.
- Chi estancado: Está presente en los rincones oscuros, en las habitaciones recargadas y en la humedad. Puede llegar a producir enfermedades.
- Chi acelerado: Se encuentra e los pasillos largos y espacios rectilíneos en general. En esta zona se desgasta el chi de los habitantes, haciéndoles sentir inseguros.
- Chi cortante: Se genera tanto dentro como fuera de las edificaciones, se origina cuando el chi se encuentra con una esquina. Puede alterar el chi personal, provocando desorientación e incluso, a largo plazo, una salud deficiente.
Fuente Tarot Blanche
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