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Los guías espirituales, conocidos en la religión cristiana como Ángeles de la guarda, son seres de luz, entidades superiores, los cuales tienen la misión de ayudarnos a realizar nuestro destino.
Su misión no es tan fácil como parece. El ser humano, al realizar la reencarnación y pasados los años al crecer, va perdiendo el recuerdo de lo que aprendió en otras vidas, de lo que ya se realizó y se pasó, lo que su subconsciente tiene guardado como si fuera una gran biblioteca y, aunque ellos nos ayudan, nos cuesta mucho acceder a ella.
Al no realizar desde niños ejercicios relacionados a mantener viva la parte intuitiva y subconsciente, vamos perdiendo esos recuerdos, incluso los recuerdos de los guías espirituales. De nuestros ángeles de la guarda, lo cual les dificulta, su labor: hacer que cumplamos con nuestro destino.
>>>¿Cómo reconocer a tu Ángel Guardián?
Ellos están presentes en nuestra vida cotidiana intentando ayudarnos en las dificultades, hablándonos con esa voz subconsciente a la que muchas veces ignoramos, porque no creemos que sea el camino más correcto. Otras veces, en momentos de saturación y de problemas, no dan sueños. Sueños que nos recuerdan lo que ya aprendimos y cómo lo superamos, para que esa piedra, no llegue a convertirse en una montaña infranqueable.
Algunos de nosotros tenemos la suerte de tenerlos cerca a diario, ayudándonos -como es en mi caso- en las consultas, a interpretar las cartas de una forma distinta. Y con la videncia, un canal de comunicación más, a encontrar el mejor camino a seguir, las mejores opciones para que el destino del consultante sea el que antes de volver de nuevo a nacer, firmó como su destino en esta vida terrenal.
Ellos, los guías, están ansiosos de una comunicación más directa con sus «protegidos» y muchas veces no les quedan otras opciones que a través de un tarotista o vidente ayudar a esa persona. Todo pasa por algo, todo tiene su explicación, todo tiene una solución, y ellos más que nadie son los indicados para ayudarnos. Porque en nuestra vida diarias nos suceden hechos incomprensibles y caóticos, muchas veces porque ellos están en momentos de felicidad disputando a nuestro lado tanto en momentos de tristeza, para con su luz cálida y amorosa, en un abrazo que apenas sentimos, pero que esta ahí para que no nos sintamos solos.
Hay técnicas para aprender una comunicación con ellos mas directa, manuales libros, escritos no por quien escribe, sino dictados por ellos. Escritos por alguien que les sirve de canal de comunicación, para abrir esa biblioteca cerrada con candando.
Si quieres, necesitas una consulta distinta o deseas aprender a comunicarte con ellos, no dudes en consultarme. Te ayudaré a encontrar esa luz que ellos emanan; la misma que nos consuela, nos alivia y todos tenemos dentro, aunque creamos que la llama se extinga.
Fuente Wengo
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