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Las acciones venideras tendrán un impacto sinigual sobre una población que aunque no quiera, está cansada, agotada pero con ganas infinitas del cambio que todo el mundo sabe que viene y que está escrito. Como se ha sabido, ningún trato que no sea de luz, va a quedar en la impunidad, todo se sabrá por un lado o por el otro, la cuerda floja está cada vez más delgada y los acuerdos, deben estar a la luz pública y de acuerdo con los verdaderos intereses de la mayoría de la población. Muchos gritos, improperios y cosas que se le parezcan, serán y ocuparán espacios en los pocos medios que están abocados a decir verdades.
El llamado a realizar cualquier acción que provoque reacciones ya conocidas, tendrá que tratarse con cuidado y asistencia desde todo punto de vista. La gente, el de a pie, el común, está resteada para cualquier situación que indique el viraje de la historia, pero tampoco se podrá aprovechar para apañar situaciones que pongan en peligro una vez más la vida y el ser.
Los vidrios en la calle serán pisados con botas que no traspasen, el camino no está tan fácil pero tampoco imposible. Los canjes impersonales y poco inteligentes no se avalarán ni tampoco tendrán a cogida dentro de la organización espontánea y mucho menos se dará tregua para intercambiar ideas cuando la situación es tan profundamente difícil, con un alerta máxima estarán los que se presten a chanchullos o de irregularidades, pues, la lupa de Venezuela estará sobre los posibles actores de la contienda. La cuestión no será el lugar, la cuestión será los puntos a tratar y con la calidad de exigencia y por supuesto, de tiempo para cumplirse.
Lo que viene a continuación, es una reunificación de ideales bajo otras siglas, bajo otros colores, con un solo propósito, el juego al órgano rector, le saldrá muy mal porque ya se sabe el movimiento inmediato y en este país, existen zorros viejos políticos.
Los que alguna vez sonrieron para un lado y para el otro, quedarán fuera del juego porque ha crecido verdaderamente un grupo que quiere el profundo cambio que empezó el 28 de septiembre. Ahora, no se puede sino terminar la carrera con paso de caballo fino y con la hidalguía que nos caracteriza a los venezolanos honrados, cultos y con unas ganas de que esta pesadilla se termine lo más pronto posible. Dios con nosotros.
Fuente Juan Carlos Ávila / CCNoticias
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