Nadie puede jurar y blindar lo que todavía no está escrito, sino es por este lado será por otro pero el extranjero funcionará con más profundidad ahora.
Los escándalos explosivos, las cuentas bancarias y las propiedades, saldrán a la luz pública, ahora con pruebas fehacientes y de organismos exageradamente serios.
América Latina se conmueve por declaraciones de aquellos que cometieron, como en otros casos, errores históricos.
Todos los acontecimientos que vienen, harán que el organismo en cuestión o gane toda la credibilidad o la pierda por completo. Los actores -expresidentes, exministros y cualquier otra personalidad-, tendrán mayor énfasis en solucionar la crisis venezolana, el alto gobierno nunca admitirá ninguna acción que les quite la máscara y ninguna acción que permita ver la profundidad de la situación tan incontrolable que atraviesa Venezuela.
Enfrentamientos se darán entre los mismos, entre los que realmente tienen al país donde está. Traiciones van y vienen y las redes sociales apenas comienzan a develar aquello que no se atreven a decirse cara a cara, ya no son paños de agua caliente para distraer, sino por el contrario son producto de una desesperación por salvar el pellejo.
En los cuarteles, en las fuerzas armadas se escucharán detonaciones que intentarán apagar con excusas no válidas y que se sabrá la verdad verdadera, los grandes jefes de esos cuerpos tendrán reuniones de reuniones para avizorar su situación particular y verificar que puede pasar con cada uno en el caso de la transición segura.
Las comunicaciones entre la oposición y el gobierno tendrán que darse según consenso de quien vaya por cada parte, pero será inútil y estéril lo que de allí salga.
No hay razones suficientes para prorrogar, cancelar o mediar la salida absoluta de este gobierno en todo sentido, en este instante las cabezas gubernamentales piensan en la salida pero habrá un interventor que mediará para que en los próximos tiempos se entregue lo que queda de una estructura desbaratada hace mucho tiempo.
El costo político será de altísima envergadura y pocos salvarán sus cuellos y muchos serán los entregados, ahora sí se activará la orden de captura para todos aquellos que la deben y la temen a las leyes internacionales.
Dios con nosotros.
Fuente Juan Carlos Ávila / CC Noticias