Todos los pasos que se han dado hasta ahora, surtirán efecto más rápido de lo que gente piensa, la calle pertenece a todo aquel que legalmente quiere protestar, no hay ningún síntoma de retroceso de ningún lado.
Los fines de semana se han convertido en el arma para desactivar cualquier medida que la población debe tomar, advertido está todo el mundo que ya se desactivó cualquier infundió de miedo o de psicoterror, ya todo se debe ganar, los tiempos del cambio están aquí en el ahora.
Los altos mandos militares se reunirán de emergencia para determinar qué hacer con tan grave situación y tan desmesurados tiempos, en paralelo, la sociedad civil estará formando grandes oleadas de protestas pero ahora sí con gente identificada al frente, aquí no cabe el anonimato y mucho menos las máscaras, el sendero está dado.
Las compuertas energéticas del cambio se abrieron, es que no hay otra salida. La miseria de almas se profundizó en las dos últimas semanas pero más profunda es la ausencia de lo básico para vivir, se quiera o no, se acudirá a los tan nombrados organismos internacionales y dos personajes en el extranjero llevarán la batuta para aplicar y colocar orden en total consonancia con la sociedad venezolana.
Hechos se repetirán para que la conciencia por fin determine lo que debemos hacer, siempre habrá un amanecer por qué la luz reinará sobre Venezuela, siempre será la gran Venezuela en todo sentido.
Siempre estará presente el alerta, la necesidad y el sentimiento arraigado de la profundidad real de este instante tan complejo que estamos viviendo y no nos merecemos. De nuevo surgen las conciliaciones y se tratará de menguar la participación de la iglesia que no dará resultado.
La gran convocatoria desde cualquier punto del país hacia la gran capital será el punto final pero será también el reinicio de lo que hemos perseguido en los últimos siete años, escribir una historia donde existan abastecimiento, seguridad y sobre todo respeto a la vida del ser y de creernos hijos de esta gran Venezuela.
Más pronto de lo que todo el mundo piensa, se amanecerá en libertades y respiraremos las transiciones profundas pero necesarias. Esto no es un hecho sin precedentes, es una realidad que no se puede negar. Venezuela al norte, al sur, al este y al oeste, protegida por la justicia divina de San Miguel Arcángel.
Dios con nosotros
Fuente Juan Carlos Ávila / CC es Noticia